Ataúdes biodegradables: ahorro y respeto al Medio Ambiente
La preocupación ambiental ha llegado al sector funerario y actualmente existe una variedad de alternativas de entierro o de incineración ecológicas que nos reconcilian con la naturaleza, porque aún después de muertos podemos reducir el impacto ambiental.
Se estima que en Europa más de un millón de árboles son talados cada año para ser utilizados en los servicios funerarios -alrededor de 350.000 cada año solo en España- según datos de la empresa Maderón Ecowood Logic.S.L.
10.000 féretros biodegradables
Esta firma elabora cada año unos 10.000 féretros biodegradables en España a base de un tipo de «madera alternativa» denominada Maderón, elaborada con una pasta ecológica de cáscaras de almendra y resinas naturales, mezcladas en una maquina con alta presión y temperatura», explican.
Otra opción es el ataúd «bio» a base de cartón, pues evita la tala de árboles, recicla residuos y se descompone naturalmente, una característica que implementó su inventor, el presidente de Restbox, Mauricio Kalinov.
Para hacer un ataúd normal -explica Kalinov- «se necesita un árbol», y con su sistema se pueden conseguir 100 féretros ecológicos», que se desintegran en 150 horas y que emiten una cuarta parte de CO2 que uno de madera.
Además este material admite diferentes diseños, colores, y su combinación con otros materiales «eco-friendly» fáciles de desintegrar.
El féretro tradicional
Sin embargo, la tradición pesa y «todavía la gente sigue apegada al féretro tradicional, nos recuerda Jesús Pozo, el director de la revista Adiós, publicación de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid.
Casi el 70% de los servicios funerarios que se prestan es España, se hacen a través de compañías de seguros, recuerda Pozo, quien apunta que los humanos contaminamos hasta después de muertos, pues cuando se descompone un cadáver, por ejemplo, desprende lixiviados (líquidos).
Enzimas
Para evitarlo hay productos como «Bionzimex-DCH, de patente española, que acelera la descomposición del cuerpo dentro del féretro. Se trata de una espora que se deja los huesos limpios y que evita que los fluidos lleguen a la tierra, explica Pozo.
Este tipo de producto lo aplican actualmente en muchos cementerios, porque reduce los malos olores y además absorbe los metales pesados.
Coches fúnebres eléctricos
La oferta verde también llega a la movilidad y no son raras las empresas funerarias y cementerios españoles que ponen a disposición de sus clientes, coches fúnebres ecológicos.
Un ejemplo es el del Cementerio Parc de Roques Blanques del Papiol (Barcelona) que emplea un automóvil eléctrico para entierros y traslados dentro del recinto, sin emisiones contaminantes y mínimo gasto energético.
También en este camposanto se cuenta con un área forestal, donde se permite enterrar urnas biodegradables alrededor de los árboles.
Como éste, hay proyectos de alternativas de depósito de cenizas ya que cada año crece la demanda de incineración frente al sepelio tradicional.
Incineración y cambio climático
Y ¿qué pasa con las emisiones contaminantes de las incineraciones? «Los controles que hacen las consejerías de medio ambiente son muy exigentes. En Madrid la ley 2 del 2002, obliga a una evaluación impacto ambiental por cada horno crematorio que se pone en la comunidad» según indica Jesús Martínez de la Atroesa, firma especialista en estos equipos.
Con los filtros «se consigue que las emisiones sean transparentes, sin olor y completamente respetuosos con el medio ambiente» añade Martínez antes de señalar que, en la cámara de combustión, se debe alcanzar 850 grados de temperatura durante más de dos segundos.
Además, para las cenizas, existe la opción de las urnas biodegradables, desde aquellas pensadas para arrojar al mar a base de sustancias minerales, aglutinantes vegetales y arena que se disuelven en una hora, hasta las construidas con fibras vegetales, celulosa y una semilla de árbol en su interior para que una vez enterrada genere nueva vida.
Licuefacción pero solo en EE.UU
Y si al morir se quiere evitar la emisión de óxidos de carbono, dioxinas y otras sustancias, producidas durante la cremación se puede optar por que su cuerpo se licue en un par de horas, si bien eso solo es posible en los Estados Unidos, mediante «la hidrólisis alcalina».
La única funeraria en el mundo que ofrece este servicio se encuentra en Florida, y aplica una técnica que consiste en introducir el cuerpo en una cámara con una sustancia alcalina (un químico compuesto a base de hidróxido de potasio).
«Nada hierve solo se calienta el agua y en básicamente en dos o tres horas, la solución alcalina hace lo que la madre naturaleza hace en varios años» explicaba el propietario de esta funeraria.
Si lo que se quiere es reposar en el medio marino, empresas como la firma catalana Gala azul ofrece este servicio desde un barco y de forma legal, puesto que la normativa prohíbe verter residuos al mar, y «la actividad de depósito o esparcimiento de cenizas en el mar se considera un «vertido» que necesita de autorización por la Autoridad Marítima».