Declaran Patrimonio Histórico Andaluz al cementerio Ingles de Málaga
El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, el Cementerio Inglés de Málaga. Este espacio funerario, que data de mediados del siglo XIX y combina los estilos neogótico y neoclásico, fue el primero de los que se construyeron en España para los extranjeros procedentes de las Islas Británicas.
La Real Orden de Fernando VI del 11 del abril de 1830 dispuso la creación del Cementerio Inglés para solucionar los problemas de enterramiento que planteaba la numerosa colonia británica que se estableció en Málaga, atraída por el auge comercial e industrial de la ciudad. Ante la imposibilidad de utilizar recintos católicos, esta colonia, mayoritariamente de confesión anglicana, solía realizar sus inhumaciones en la playa durante la noche, con los consiguientes problemas de insalubridad.
El cementerio, ubicado en una antigua zona de jardines al este de la ciudad, alberga los restos de numerosos personajes ilustres o protagonistas de acontecimientos históricos malagueños. Entre ellos destacan el hispanista Gerald Brenan, la escritora Gamel Woolsey, la economista Marjorie Grice-Hutchinson y también el poeta vallisoletano Jorge Guillén.
Uno de los primeros inhumados en este camposanto fue el joven británico Robert Boyd, fusilado en la playa de Málaga en 1831 tras acompañar al general liberal Torrijos en su pretensión de instaurar el régimen constitucional. También reposan en este lugar, en una tumba colectiva, la tripulación de la fragata alemana Gneissenau, que naufragó al encallar en la costa malagueña en 1900, así como militares norteamericanos fallecidos durante la II Guerra Mundial.
El Cementerio Inglés ocupa un espacio trapezoidal que se ha mantenido inalterable a lo largo del tiempo, sobre un terreno en pendiente y con vistas al mar donde las tumbas y mausoleos funerarios se mezclan con la vegetación. Entre sus valores artísticos se distinguen los del propio recinto y los vinculados a los enterramientos, fundamentalmente los de lápidas y panteones.
Al recinto se accede por la avenida de Pries a través de una portada flanqueada por dos robustos pilares, rematados por esculturas de leones de mármol. El pequeño edificio de acceso, de estética neogótica, está concebido como casa del guarda y actualmente cumple las funciones de venta de productos típicos ingleses. Su estilo contrasta con el neoclásico del frente principal del templo del camposanto, realizado en piedra arenisca rojiza y que da paso a una sala rectangular donde se celebran los oficios religiosos.
El gusto neoclásico es también patente en los enterramientos, con la excepción de las sencillas tumbas del primer recinto, núcleo primitivo del cementerio, recubiertas de conchas y muchas de ellas pertenecientes a inhumaciones de niños.
En la primera terraza destaca por su diseño clásico y su tamaño el monumento sepulcral de la familia Mark, cónsul británico en Málaga que fue el principal defensor de la creación de este cementerio. Realizado con una gran variedad de materiales y una cuidada ejecución, presenta una gran carga simbólica y elementos como grupos de delfines entrelazados con las colas hacia arriba, realizados en hierro fundido, o la columna estriada de mármol rojo.
En esta misma zona se sitúa el mausoleo más escultórico del cementerio, representativo de un ángel abrazado a una cruz arbórea que dirige una de sus manos hacia arriba señalando el cielo.
En la segunda terraza se sitúa el monumento funerario a los marinos de la fragata Gneissenau, compuesto por unos bloques de granito rústicamente agrupados en alusión a la fatídica escollera contra la que chocó la nave.