Los familiares pueden preservar la información genética del difunto
Los «entierros personalizados» ganan cada vez más adeptos, las empresas funerarias se las ingenian para sacar nuevos productos de todo tipo al mercado. A los servicios de acompañamiento y organización de funerales se unen otras prestaciones para recordar al difunto de manera especial.
Este año la moda es la elaboración de una memoria digital, que, por unos 150 euros, rastrea todos los perfiles y la información del difunto en las redes sociales y las recopila en una memoria usb para que los familiares tengan ese recuerdo de su allegado.
Este servicio incluye el borrado, si la familia lo desea, de la información del difunto en Internet, la cancelación de sus cuentas en las redes sociales o la comunicación del fallecimiento a sus contactos.
Otros recuerdos son joyas personalizadas gravadas con la huella dactilar del difunto, que cuesta unos 250 euros o diamantes hechos con el carbono de las fibras capilares del fallecido, que se elaboran por unos 1.300 euros.
Una rosa, la «flor del recuerdo», que se somete a un tratamiento biológico, sustituyendo la savia por glicerina, y permite mantener su belleza durante meses, es otro de los sofisticados servicios que pueden contratarse para recordar al ser querido.
Entre todas estas fórmula científicas de conservar el recuerdo de un familiar, destaca el servicio de depósito, conservación y custodia de muestras de tejidos y del ADN del difunto.
Por unos 250 euros, los familiares pueden preservar la información genética de su allegado y tener a su disposición el ADN para la realización de análisis y pruebas genéticas. Si se suman todos los complementos que ofrecen cada vez más las compañías funerarias, el precio de un entierro puede dispararse a precios para millonarios