En Galicia hay 600 funerarias plantando cara a la crisis
Con la segunda tasa más alta de mortalidad de España por habitante y más de 600 empresas funerarias dispersas en todo el territorio, el sector funerario en Galicia se erige un año más en uno de los pocos que resisten la crisis con cierto desahogo. Prueba de ello es el convenio colectivo que recoge para 2012 y 2013 incrementos salariales del 3,5 %.
La fuerte dispersión geográfica de la comunidad gallega y el creciente envejecimiento de la población, fundamentalmente en las aldeas del rural, han permitido que las empresas mantengan sus perspectivas de negocio, con un modelo insólito comparado con el mercado nacional.
Así, frente al modelo del resto de España, que ha tendido a la centralización de los servicios fúnebres, Galicia mantiene su tejido familiar, con más de un centenar de pequeñas empresas, en muchos casos, sostenidas por uno o dos empleados.
Según los datos ofrecidos por la Federación Gallega de Servicios Funerarios, de las 1.600 empresas prestan servicios funerarios en España, 600 (casi el 40%) se ubican en Galicia.
Esto sumado al hecho de que es la segunda autonomía con mayor tasa de fallecimientos y a las predicciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística, que sitúan a Galicia como la primera comunidad española en número de defunciones en 2022, hacen que el sector se haya convertido en una interesante bolsa de negocio para las empresas.
Una buena muestra de ello se pudo ver este fin de semana durante la feria internacional de Productos y Servicios Funerarios, Funergal, en Ourense, que superó las cifras del año anterior en número de expositores y de visitantes.
La organización calcula que cerca de 4.000 profesionales visitaron la feria, que contó este año con 82 expositores -frente a los 3.000 visitantes y 75 expositores del año anterior-, con el fin de conocer las últimas novedades del sector.
Productos funerarios hechos a medida, a partir de materia prima española, biodegradables o de alta gama, conformaron la amplia selección de este año. El gerente de la firma Ataúdes Gallegos, Víctor Gallego, ha explicado a Efe que a día de hoy el cliente demanda un producto diferente, «cada vez más personalizado» e «innovador».
Entre las principales novedades, esta firma presentó un ataúd revestido en oro de 24 quilates, cuyo precio rondaría el de un coche de lujo. Gallego ha destacado que se trata de un ataúd «recubierto con hoja de oro de 24 quilates» que recuerda a los elegidos por Tutankamón o Alejandro Magno o, más recientemente, al utilizado para despedir a Michael Jackson, y que ya ha sido vendido en el mercado de Rusia.
Por su parte, otro de los socios, Ángel Martínez, ha hablado de la posible irrupción de un nuevo mercado, el de los ataúdes para animales de compañía, cuyo producto se comercializará en exclusiva «por internet» con precios de entre 119 y 175 euros.
Ataúdes con brillantes de la firma Swarovski; féretros con nevera incorporada para aquellos clientes que necesitan guardar duelo en casa, urnas hidrosolubles en el mar y féretros para mascotas completaron la selección de esta edición.
En lo que respecta al medio de transporte, una carroza del siglo XIX, coches de los años 60 y 70 y modelos de lujo equipados con cristales termo-polarizados, que se vuelven transparentes con un mando a distancia, y una moto Harley Davidson con sidecar portaféretros supusieron las grandes novedades en esta materia.
A pesar de la trascendencia del rito de la muerte en Galicia, a través de las ceremonias religiosas, una de las ponentes en las charlas, Marta Sanmamed, autora del libro «Aquí yace… o no», ha resaltado a Efe que «afortunadamente estamos en un momento de cambio» en lo que respecta a la forma de afrontar la muerte.
No obstante, no todo son cifras positivas. El presidente de la Federación Gallega de Servicios Funerarios, José Becerra, ha advertido de que el nuevo marco laboral, marcado por la fuerte subida del IVA -del 8 al 21%-, podría conllevar recortes y abocar a algunas empresas al cierre.
Eso no evita que siga siendo un sector en auge, sobre todo, si se tiene en cuenta que el drama demográfico, marcado por una población envejecida, seguirá presente.