Cae el muro del cementerio de Alfaro dejando al descubierto decenas de ataúdes
Más de veinte metros de una de las paredes de la zona con nichos del cementerio municipal de Alfaro sufrió en la mañana el pasado viernes 25, sobre las 9.30 horas, un derrumbe que dejó a la vista decenas de ataúdes. Por fortuna, en el momento del derrumbe no había ningún vecino cerca.
Desde que este tramo de la pared de ladrillo caravista de la manzana 6-B se vino abajo, por causas que los técnicos del Ayuntamiento se pusieron inmediatamente a estudiar, operarios municipales cerraron el acceso a la zona y la cubrieron con una malla tupida que impedía la siniestra visión a los curiosos. Además, después de oficiar un entierro en el mediodía, el Ayuntamiento cerró el cementerio al público, mostrando en la puerta el cartel ‘Cerrado por obras’.
«Desde el derrumbe, todos los técnicos del Ayuntamiento se han puesto a trabajar de manera urgente para determinar las causas y definir la solución para la reconstrucción, que se realizará con toda la seguridad que precise y celeridad», explicó la alcaldesa Yolanda Preciado. Para ello, el Ayuntamiento habilitará una partida de emergencia.
La pared derruida es paralela a la zona en la que se han retomado las obras de ampliación del camposanto, que en la tarde de ayer continuaban con normalidad. Ante esa vecindad, el Ayuntamiento descarta que hayan influido en el derrumbe. «Esa pared se apuntaló ante las obras de cimentación y se le ha dado seguimiento», descartó Preciado.
Ante la «gravedad» del asunto por afectar a los sentimientos de decenas de familias alfareñas, la alcaldesa y la portavoz municipal, Charo Preciado, les trasladaron ayer un mensaje de tranquilidad. Además de cerrar el acceso a la zona, un guardia de seguridad y la Policía Local vigilarán que no sufra asaltos. Y una vez pasado el fin de semana telefonearán a todos los familiares.
De este modo, el Ayuntamiento quiso tranquilizar a los familiares propietarios que, desde que se conoció el incidente, mostraron su preocupación por recuperar los recuerdos que quedan a la vista en el interior de los nichos, como fotografías y otros objetos de sus seres queridos.