El director general de COMESEF dice que el 60% de las funerarias mexicanas son informales
Se debe regular los servicios funerarios, pues de las 4.500 empresas funerarias que hay en México, el 60% son informales y sólo el 20% cumplen con los estándares de calidad, normas sanitarias y permisos, informó en entrevista el director general de COMESEF, Idelfonso González.
Es por eso que desde hace seis meses se conformó el Consejo Mexicano de Empresas de Servicios Funerarios (COMESEF) que busca promover la profesionalización, regulación y certificación de las agencias funerarias del país, y es que se calcula el valor de mercado de los servicios funerarios en 8 mil millones de pesos, de los cuáles el 30% está en manos de la informalidad.
El objetivo de regularizar estos negocios es debido a la situación que se presenta en la mayoría de estos negocios, como revender ataúdes, hasta en cinco ocasiones, lo que provoca un foco de infección, o los acuerdos que existen entre funerarias y agencias del MP, o con policías auxiliares y ambulancias que comunican a las funerarias sobre fallecidos en vías públicas, a fin de ser beneficiados en la contratación de sus servicios.
«Queremos profesionalizar, hay muchas empresas inscritas en la República Mexicana pero no todas tienen el compromiso de reordenarse porque actualmente no hay una regulación a nivel nacional y es lo que el consejo está buscando», explicó Ildefonso González.
Además muchas de estas funerarias engañan a la gente, pues carecen de instalaciones y los precios que cobran son superiores a las de una empresa establecida. «Debemos tener un parámetro, no estándar, porque la gente confunde lo caro con lo costoso, algunos inflan precios sin tener una base. El servicio funerario es tan costoso como uno quiera hacerlo, dentro de la industria hay servicios módicos hasta muy caros de acuerdo a la capacidad de pago, usos y costumbres», mencionó.
Es por eso que buscarán que las autoridades regulen todas las empresas de este rubro a través de un padrón de agencias funerarias establecidas, que cuenten con los permisos correspondientes y certificación oficial, instalaciones adecuadas, personal capacitado, carrozas certificadas, «cuyo único fin sea el propio para el que están diseñadas», así como control en los ataúdes de cremación y homologación de trámites, pues en cada entidad del país hay certificados, requisitos y sellos distintos.
También exigir a los hospitales y agencias del ministerio público, que sólo las funerarias certificadas, puedan retirar los cuerpos de los fallecidos y prohibir que las carrozas se estacionen afuera de los nosocomios y agencias, pero sobre todo en base a un reglamento, sancionar a quien ejerza malas prácticas o incumpla con lo antes mencionado.
