Proponen reformar los 36 nichos que están en mal estado en San Justo (Villaviciosa)
Los vecinos de San Justo (Villaviciosa) no encuentran solución a la necesaria ampliación del cementerio, que desde hace años ya se quedó pequeño. Éste es un gran quebradero de cabeza pues no tienen dónde enterrar a sus muertos. Sólo queda disponible un nicho. La Asociación de Vecinos «San Justo y Pastor.
“Llevamos tres años con el tema y esto no avanza nada». Así comenzó Juan Luis Fernández, secretario de la Asociación de Vecinos de San Justo y Pastor, que acudió a la reunión que el colectivo había convocado para tratar de dar una solución al problema de espacio que sufre el cementerio.
Y es que, a pesar de que la idea la tenían clara, la normativa se lo ha puesto casi imposible. La intención de los vecinos era ampliar el camposanto e incluso cuentan con una parcela cedida expresamente para ello. Pero la Consejería de Sanidad les denegó en diciembre de 2011 el permiso por considerar que los nuevos nichos incumplirían la distancia de seguridad de 40 metros respecto a las viviendas establecida en el Reglamento de la Policía Sanitaria y Mortuaria. También se habían planteado tirar los antiguos nichos, que en la actualidad están clausurados y en estado de ruina, para construir unos nuevos, pero aseguran que eso tampoco se lo permitirían.
Por eso, la veintena de asistentes a la reunión estuvo de acuerdo en cambiar de estrategia y propuso tantear una última posibilidad: en lugar de tirarlos, reformar los 36 nichos que están en mal estado. «Lo que tenemos que saber es si es viable restaurarlos, si nos van a dejar hacerlo y a partir de ahí mover todo lo demás», apuntó una de las vecinas, a la que el resto apoyó.
De los 36 nichos clausurados, dieciséis cuentan con lápida y restos mortales, por lo que habría que exhumarlos. A su vez, el resto tienen propietario, un detalle que mientras para algunos significa que podría dificultar la reforma, para otros es una ventaja, puesto que con ellos en ruina no pueden ser utilizados. «Los nichos solo se heredan de padres a hijos; si en algún momento se rompe la línea de sucesión, van a parar a la iglesia, pero también puede ser que el propietario llegue a un acuerdo con otro particular y se cedan», explicaron.
Por tanto, acordaron averiguar quiénes son los propietarios y comprobar cuántos estarían dispuestos a negociar o a aceptar la rehabilitación. En cuanto al presupuesto de la obra, uno de los presentes aseguró que por 5.000 euros quedaría garantizada la estabilidad de los nuevos nichos.