Angela Merkel, visitó el jardín funerario del Colegio Teutónico en el recinto de San Pedro
En el recinto vaticano, a la sombra de la cúpula de Miguel Ángel, junto al Aula Paolo VI, hay una recoleta necrópolis que lleva el nombre de Cementerio Teutónico. Un mosaico de tumbas y cipreses en el que yacen miembros de familias alemanas residentes en Roma, algunos escritores y artistas y miembros de la elitista Archicofradía de Nuestra Señora del Camposanto, cuyo cofrade actual más distinguido es el Papa emérito Benedicto XVI.
Junto al jardín de enterramientos, situado sobre el solar del antiguo circo de Nerón, una pequeña iglesia en la que están enterrados numerosos guardias suizos fallecidos durante el saqueo imperial de Roma en 1527 y una biblioteca de varios miles de volúmenes que solía frecuentar el Pontífice germano, quien a menudo oficiaba además misa en la propia capilla.
Un discreto aparato de seguridad testimoniaba en la puerta la presencia de una personalidad de relieve tras la misa inaugural del Papa Francisco. Era Angela Merkel, vestida de sobrio traje-pantalón negro, que acompañada del responsable de la Archicofradía, un alemán de nombre Hans-Pieter Fischer, y de algunos diplomáticos y cardenales teutones.
Alrededor de una hora pasó Merkel en el camposanto, situado en zona extraterritorial en favor de la Santa Sede, y que da cobijo también a difuntos de Austria y los Países Bajos.
