En algunos cementerios de Santo Domingo se realizan rituales de brujería y se practica sexo
Los cementerios de Santo Domingo (República Dominicana) deberían ser lugares de recogimiento, sin embargo en las noches son utilizados por algunos para actividades sexuales, rituales y brujería.
La última morada más que un lugar de tranquilidad, se ha convertido en una cuna para actividades sexuales, entre otras cosas.
Tras un recorrido por los cementerios del gran Santo Domingo, encontramos decenas de tumbas rotas, los ataúdes, por el tiempo o producto del vandalismo, destrozados y las osamentas al descubierto.
En algunos casos, las encontramos tiradas entre los nichos, algunas intactas, otras quemadas.
Al caer la tarde otro tipo de actividad inicia en el campo santo de Villa Mella. Con tabaco y alcohol en mano, decenas de creyentes realizan el culto al Barón del Cementerio.
El Barón del cementerio es la primera persona en ser enterrada en un camposanto a quien se le hacen peticiones, que pueden ser benévolas, al igual que para desear un daño a otra persona.
El Barón se encuentra representado en las imágenes de Elías del Monte y Carmelo y su compañera Santa Marta “La Dominadora”.
Durante el día, los participantes, dependiendo de la petición, deben ofrecer al Barón desde tabacos conocidos como túbanos, velas negras, refresco rojo, café amargo hasta un pollo pinto. Luego se realiza una fogata donde todo es quemado rezando un avemaría y un padrenuestro.
Los velones encendidos dentro de un nicho y el tabaco son el común denominador en ambos rituales.
La falta de vigilancia, unida a la oscuridad de la noche, convierte este cementerio en el lugar ideal para estas actividades.
Deberían haber en los cementerios personas que cuiden los restos de día y de noche. Durante 4 horas que estuvimos en el Cementerio de Villa Mella, ni un sólo policía municipal vimos por la zona.