Debido a la crisis muchos jerezanos reagrupan los nichos familiares en uno solo
La crisis y los problemas económicos por los que pasan muchas familias en nuestra ciudad comienzan a pasar factura a situaciones de la vida que no hace demasiado tiempo eran impensables.
Si hace unos años los temas mortuorios eran ‘intocables’ para muchos, los malos tiempos que corren actualmente han provocado que toda esta temática, entierros, incineraciones y demás menesteres, haya pasado a formar parte de la ‘política de recortes’ de cada familia.
Así, no es de extrañar que en los últimos dos años, el número de incineraciones realizadas en nuestra ciudad haya pasado de algo más del treinta por ciento a casi el sesenta. Las familias han optado por esta opción, a la larga mucho más económica, pues en el futuro se ahorran el pago de las cuotas correspondientes a la renovación de nichos osarios, sepulturas o criptas, que en el Cementerio Nuestra Señora de la Merced de Jerez oscilan entre los 5, 10, 15, 20, 30, 50 y 60 años, dependiendo del tipo.
A este dato se une ahora otro un poco más llamativo y que tiene relación con este último detalle. Para entendernos, las familias, viendo la elevada cuantía a disponer si quieren renovar los nichos de varios familiares, están optando por unificar los mismos en uno solo, recortando así en las maltrechas economías.
Este tipo de opciones suelen ocasionarse con el fallecimiento reciente de un familiar. Ante esta situación, se opta por aglutinar varias sepulturas o nichos en uno solo, trasladando los restos de otros familiares en un único lugar, una decisión que les permite ahorrarse el dinero del alquiler del sitio.
Hay que recordar que las renovaciones de nichos, por poner un ejemplo, van en nuestra ciudad desde los 211 euros que cuesta el alquiler del sitio por un periodo de cinco años, hasta los 250 euros si se hace por 15 años. Otra opción, mucho más costosa y muy poco habitual, es alquilarlo por cincuenta años, por lo que se debe pagar unos 1.800 euros.
El uso de esta última posibilidad, es decir la de aunar varios restos en un solo sitio, permite también un ahorro en lo que respecta a las lápidas y su coste, toda vez que se evita la colocación de nuevas lápidas limitándose a inscribir, en algunas de las partes de la ya existente, los nombres de los restos de los familiares que se incluyen en el nicho o sepultura.
No obstante, no siempre se puede recurrir a esta opción y en muchos casos, el Ayuntamiento se ve obligado a enviar los restos al denominado osario común al no poder afrontarse las comentadas renovaciones.
Estas situaciones se repitieron en el año 2010 en 146 ocasiones; en 2011, sin duda el peor año estadísticamente hablando, se alcanzaro los 228 traslados, mientras que en 2012, la cifra fue de 190.
Según el artículo 80 de la Ley de Procedimiento Administrativo, el Consistorio debe ofrecer al ciudadano una demora de tres meses en caso de no renovación, si bien es verdad que en la actualidad y teniendo en cuenta la situación de muchas familias, se está flexibilizando el plazo, alcanzándose demoras cercanas a los dos años.
En caso de que el titular o familiar no aparezca en el tiempo exigido se procederá a la exhumación de los restos para, a continuación, enviarlos al denominado osario o fosa común.