Antaño los peregrinos eran enterrados en el cementerio de San Fructuoso
Además de los cuidados sanitarios que proporcionaba el Hospital Real, los peregrinos también disponían de un lugar donde enterrarse para el caso de que, como a Don Gayferos, la muerte les sorprendiese en Compostela.
El más conocido se ubicaba fuera de murallas, junto a la puerta da Trinidade, beneficiándose de la proximidad del Hospital, donde recibían las últimas atenciones de los médicos.
Donde está la iglesia de San Fructuoso, construida por Lucas Ferro Caaveiro en el siglo XVIII, estuvo en tiempos la capilla de la Santísima Trinidade, a la que también se conocía como de peregrinos, y también en tiempos fue denominada Angustia de Abajo, para distinguirla de la de la rúa de San Pedro.
De esta forma, aquellos a los que fallecían en el Hospital eran enterrados en este punto, aprovechando la proximidad existente entre santorio y camposanto
