El cementerio judío Monte Sión se encuentra abandonado, descuidado y destrozado
Los miembros de la comunidad judía, aquí en Los Ángeles, se indignaron al saber que este cementerio, el Monte Sión, había sido abandonado, descuidado y destrozado. Se han recaudado cientos de miles de dólares para restaurar este cementerio para que nunca se olvide a los muertos.
Las lápidas están volcadas, agrietadas y rotas. Algunas han sido pintadas con graffitis. Se ha disparado a las fotos de los fallecidos y otras han sido robadas. Cerca de 1.000 tumbas están en ruinas.
Monte Sión abrió sus puertas en 1916, como un lugar donde los judíos pobres podían ser enterrados de forma gratuita. Ahora, la organización responsable del mantenimiento ha desaparecido y no hay dinero suficiente para poder mantener los terrenos.
Podría haber seguido así si no fuese por Rob Adler-Peckerar. Encontró el cementerio en ruinas mientras buscaba la última morada del infame escritor judío Lamed Shapiro.
Rob Adler-Peckerar, director ejecutivo del Yiddishkayt:
«Su lápida, en la que puede leerse su nombre Lamed Shapiro, las fechas de su nacimiento y muerte y dice en yiddish [lee inscripción], el escritor del libro Una Colección de Cuentos del Imperio Judío, cayó boca arriba. Eligió ser enterrado en este cementerio para poder estar junto a su esposa que había muerto 20 años antes. De hecho, la lápida de su esposa, cayó boca abajo».
Las noticias sobre el cementerio que publicaron los medios locales provocaron que los líderes de la comunidad judía formarán una organización sin ánimo de lucro, llamada Amigos del Monte Sión, para restaurar el cementerio abandonado.
Rabino Moshe Greenwald, Amigos del Monte Sión
«Estaba realmente triste. Lloré. Y después de estar unos 20 minutos totalmente abrumado, dije, hay que ponerse manos a la obra y hacer un gran proyecto. Y eso es lo que hemos hecho».
Algunas de las tumbas fueron dañadas por terremotos, pero el rabino Moshe Greenwald dice que la mayor parte de los daños fueron provocados por vándalos. A pesar de que algunas lápidas pesan cientos de kilos, son fáciles de derribar.
La organización ha contratado equipos de construcción para verter nuevas capas de cemento, arreglar las lápidas rotas y asegurarlas con barras de refuerzo y cemento. Pero no podrán reemplazar las imágenes dañadas o desaparecidas.
Rabino Moshe Greenwald, Amigos del Monte Sión
«Aunque nadie venga a visitarlo, la tradición judía es muy, muy clara. Un cementerio es un lugar sagrado. Es tierra sagrada. Las personas que están enterradas aquí, todas merecen respeto y sus almas todavía están conectadas a este lugar».
La restauración podría tardar dos años en completarse y costar más de 800.000 dólares. Sea cual sea el precio, los Amigos del Monte Sión quieren asegurarse de que las personas enterradas aquí no sean olvidadas nunca más.