Fútbol y tanatorios, básicos para los alcaldes
Las costumbres en los municipios de la provincia de Málaga están cambiando y a la vez que lo hacen, sus infraestructuras han de adaptarse a las nuevas tendencias que se crean. Si nos remontamos tan sólo diez años atrás son pocas localidades que contaban con un tanatorio en el que velar a sus difuntos y pocos eran también los niños y jóvenes que disfrutaban de un campo de fútbol de césped.
De hecho, en el caso de los tanatorios, los vecinos dudaban de su utilidad final, al considerar que la tradición marcaba los velatorios en la casa de los difuntos. En la actualidad, el panorama malagueño es bien diferente en estos dos aspectos, pues más de la mitad de los municipios cuenta con al menos con un tanatorio en sus dominios, con un uso generalizado por parte de sus vecinos, y 61 disfrutan de campo de fútbol de césped artificial, mientras que otros tantos pueblos están a la espera de que prosperen sus proyectos, independientemente del número de habitantes con el que cuenten.
Son dos infraestructuras que se han convertido en imprescindibles, a pesar de las dificultades económicas por las que atraviesan las administraciones públicas; cada alcalde las pide para sus ciudadanos, para lo que sale en busca de financiación, al igual que exige planes de empleo y reactivación de en sus municipios.
Durante el actual mandato, la Diputación ha destinado 2,1 millones de euros a la construcción de nuevos tanatorios en la provincia, una aportación que ha financiado la mayor parte de la inversión en los municipios de Árdales, Colmenar, Canillas de Albaida, Cortes de la Frontera y Valle de Abdalajís, que ya disponen de estos espacios para el uso de sus vecinos; además de la reforma del tanatorio de Álora y la ampliación del de Casarabonela.
La localidad de Algatocín inaugurará también en breve su tanatorio, mientras que Almogía y Jimera de Líbar ejecutarán en breve sus obras. La alcaldesa de Jimera de Líbar, Mayte Domínguez, explica que los trabajos ya han sido licitados, pero que aún no han comenzado. En el caso de su municipio se construirá una sala de duelo en lugar de un tanatorio -es la alternativa para las localidades pequeñas-.
El coste total del espacio asciende a unos 213.000 euros, de los que 203.000 euros serán aportados por la Diputación Provincial y el resto por el ayuntamiento. «Este tipo de infraestructuras son necesarias sobre todo en verano. En las casas, más si son pequeñas, las familias pierden intimidad y aunque a la gente le cuesta acostumbrarse, creo que tenemos que ir con los tiempos», asegura la alcaldesa de Jimera de Líbar.
En toda la provincia, 45 municipios aún no disponen de tanatorio, aunque 15 de ellos ya han realizado un proyecto al respecto o está en estudio su posible construcción -Alozaina, Arriate, Benamargosa, Benaoján, Cañete la Real, Casabermeja, Cómpeta, Cuevas Bajas, Cuevas del Becerro, Gaucín, Ojén, Salares, Sayalonga, Sedella y Yunquera-. De materializarse todos ellos, en cuestión de unos pocos años, más de dos tercios de la provincia tendrán su propio espacio para velar a sus difuntos.
Cada nueva infraestructura que pasa a manos del ayuntamiento se convierte en un gasto añadido para la Administración local; en el caso de los tanatorios el mantenimiento es mínimo pero el precio público por su uso ha de cubrir los gastos que genera tener abiertas sus puertas durante al menos 24 horas, si no puede llegar a convertirse en una carga para las arcas municipales.
Los campos de fútbol de césped artificial crecen a una velocidad aún mayor, por lo que desde 2011 se han inaugurado 10 en diferentes puntos de la provincia -Benamocarra, El Burgo, Casabermeja, Alozaina, Marbella, Teba, Valle de Abdalajís, Villanueva de la Concepción, Villanueva del Rosario y Yunquera- que han contado con una inversión por parte de la Diputación de más de 2 millones de euros.
En la provincia, un total de 61 municipios tienen campos de fútbol de césped artificial, a lo que hay que añadir Igualeja, que conserva un campo de césped natural. El director de la Oficina de Alcaldes de la Diputación, Antonio Jesús López Nieto, aclara que con los planes deportivos de la Junta de Andalucía, la Administración autonómica financiaba el 50% del proyecto, aportando el resto de la inversión la institución provincial y los ayuntamientos; pero «como ya no existen, lo tienen que pedir a la Diputación o hacerlos ellos solos».
La construcción de campos de fútbol, continúa López Nieto, ha ido abaratándose mientras la calidad del césped artificial ha ido en aumento. «Siempre les digo a los alcaldes que con las infraestructuras que proyecten en sus municipios tengan en cuenta el mantenimiento, pues una vez que recepcionen las obras, tienen que asumir su coste».
En este punto pone el ejemplo de las piscinas climatizadas y la carga que suponen para los ayuntamientos. Sin embargo, los campos de fútbol de césped artificial requieren de un proceso de mantenimiento mínimo y por tanto, suponen un gasto más llevadero para las arcas municipales. «Para racionalizar más incluso el coste, en los municipios más pequeños estamos recomendando un campo más pequeño, de fútbol 7, porque el gasto se reduce a la mitad», concreta el director de la Oficina de los Alcaldes.
El único problema que presenta el césped artificial es que no se pueden utilizar los campos para otro tipo de actividades como conciertos, verbenas, feria… El municipio de Cuevas Bajas ha sido el último en incorporar un campo de fútbol de césped artificial -aún pendiente de inaugurar- que ha supuesto una inversión por parte de la Diputación de 163.000 euros, aportando el Ayuntamiento 98.000 euros.
Las próximas localidades en incorporar estas instalaciones serán las de Almogía, Benamargosa, Fuente de Piedra, Monda y Riogordo, que están inmersas en la redacción de sus proyectos o avanzando hacia su construcción. Para su desarrollo, la Diputación contempla una aportación cercana al millón de euros, mientras que los ayuntamientos de los municipios aportarán en total unos 100.000 euros.