Una segunda ampliación del cementerio de Plasencia pasa por el soterramiento del tendido eléctrico
Todos los años son enterradas en Plasencia (provincia de Cáceres) en torno a 100 personas y el cementerio municipal ya no da para más después de la última ampliación. Urge una solución a un problema que se ve venir desde hace tiempo, y la que tiene prevista el Ayuntamiento es ocupar los terrenos del camposanto que aún se encuentran libres, algo que ya está contemplado en el nuevo Plan General Municipal (PGM), que se aprobará este año. Lo que ocurre es que no puede. La normativa impide construir bajo tendidos eléctricos como el que se encuentra actualmente sobre esas zonas.
El alcalde, Fernando Pizarro, ha anunciado esta semana que tiene prácticamente cerrado con Iberdrola un acuerdo para soterrar dos de las tres líneas de alta tensión que impiden ampliar el cementerio. La idea es que la empresa pueda dedicar a ello parte de los 132.000 euros que tiene comprometidos desde 2010 para mejorar la red de suministro en la ciudad, mientras que el Ayuntamiento se haría cargo de la obra civil, según apunta Efe.
Aunque el alcalde dio por hecho que el pacto es inminente, la compañía eléctrica tan solo ha reconocido a este diario la existencia de conversaciones, pero no ha querido concretar ningún detalle sobre su contenido, ni mucho menos que el acuerdo esté casi cerrado.
El actual equipo de gobierno ordenó al inicio de su mandato en el año 2011 la construcción urgente de 208 nichos, ya que los disponibles en aquel momento estaba a punto de agotarse. El pasado mes de agosto quedaban 98 y se anunció que en los meses siguientes se construirían otros 104, con los cuales quedaría agotado el terreno del cementerio. Se calculó entonces que sería suficiente para dos años, de modo que la línea roja con la que se enfrenta el Ayuntamiento para encontrar una solución es el verano de 2015.
Si todo sale como espera Pizarro, el los próximos meses firmará con Iberdola el acuerdo para soterrar el tendido eléctrico y poder proceder así a ocupar los terrenos ahora vetados. El alcalde dijo que esta ampliación solucionará el problema de los enterramientos en la ciudad «para muchos años», por lo que ni su gobierno ni los venideros tendrán que volver a preocuparse en las próximas décadas más que de ir construyendo nuevos pabellones de nichos de forma regular.
Los aproximadamente cien enterramientos que se producen cada año en Plasencia son menores que el número de muertes, debido tanto al auge que está experimentando la incineración como a que muchos fallecidos son enterrados en sus localidades de origen. El coste de los últimos 104 nichos construidos es de unos 40.000 euros, y el Ayuntamiento dedica otros 21.000 a mantener las galerías existentes.