Ha comenzado la última fase del derribo del antiguo cementerio de San José de Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz ha iniciado la última fase del derribo del antiguo cementerio de San José, una vez declarado oficialmente su clausura. En estos días se está culminando la demolición de las cuarteladas, vacías desde hace ya unos años, por lo que únicamente quedará por desalojar unas decenas de panteones.

El proceso de eliminación de las cuarteladas ha cumplido los plazos previstos por el Ayuntamiento. Ahora se trabaja en las últimas que, a la altura de la calle Pereira, se habían mantenido en pie con el fin de amortiguar el ruido producido por la máquina que, en el interior del camposanto, se encarga de triturar todo el material derribado. Tras esta operación se habrán demolido las cuarteladas que durante décadas han acogido a varios miles de enterramientos en el camposanto.

En cuanto a los panteones que aún están en pie, pues muchos ya fueron trasladados por sus propietarios y en determinados casos por el Ayuntamiento al cementerio de Chiclana teniendo en cuenta su valor histórico y artístico, en esta última fase de la operación de desalojo de San José se han podido localizar a varias familias que sí han mostrado su interés por efectuar este traslado.

Según destaca el vicepresidente de la empresa pública CEMABASA y teniente de alcalde de Urbanismo, Ignacio Romaní, «se abre ahora un plazo para llevar a cabo este traslado, y si no hay más respuestas habrá una ejecución subsidiaria por parte de CEMABASA que se anunciará públicamente».

Durante todo el proceso de demolición de las cuarteladas se ha ido trabajando de forma pareja en el tratamiento de todo el material procedente del mismo. Este trabajo se ha realizado en el propio interior del cementerio, sin molestias para los residentes en los edificios vecinos al camposanto. «Ahora, todo este material se va a valorar en las propias instalaciones, para utilizarlos posteriormente en el relleno de las sepulturas que se procederán a exhumar. Se trata de 20.000 metros cúbicos de escombros en un proceso al que le quedan unas tres semanas de trabajo».