Inauguran el tanatorio municipal de dumbriés con multitud de vecinos que acudieron al acto
Si alguna institución tiene capacidad de convocatoria en Dumbría (provincia de La Coruña) son el Concello y la parroquia, de ahí que cuando el pasado viernes se unieron ambas para la puesta de largo y la bendición religiosa del flamante tanatorio municipal, los vecinos acudieron en masa hasta llenar las decenas de sitios disponibles con cerca de otras tantas personas de pie.
El protagonismo del acto, como se encargó de recalcar el alcalde, José Manuel Pequeño, era para el párroco Ramón Romero Carril, muy querido en la zona, y con el que bromearon algunos fieles sobre el reloj que le habían impuesto, dentro de ese sentido del humor, para solucionar sus problemas con los horarios.
Sin embargo, el cura quiso compartir ese honor con todos los vecinos y especialmente con los niños, a los que llama a todos por su nombre de pila, y que fueron los encargados de las lecturas católicas pensadas especialmente para estos actos de bendición que, como dijo Romero Carril, sirven para «resaltar elementos o lugares muy importantes para nosotros».
Pequeño dijo que tenía que darle las gracias «por muchas cosas» y una de ellas era el éxito de público que tuvo esta presentación pública, mientras que el religioso, aunque recordó con la titularidad legal es del Concello, se mostró satisfecho de que el alcalde contase con él y los parroquianos porque, al fin y al cabo, tanto el tanatorio como el cementerio de colores contiguo, que tantos premios ha cosechado, son lugares «para honrar a esas personas que ya no están entre nosotros y acompañan a sus familiares». Unas circunstancias que, en suma, los convierten en dotaciones propiedad de todo el pueblo para el uso comunitario.