Arqueólogos descubren una tumba prehispánica con la escultura de un chamán de rostro alargado
Arqueólogos del INAH descubrieron una tumba de tiro intacta en Colima, (una de las 32 entidades federativas de México), y en su interior encontraron la escultura de un chamán de rostro alargado y arma en mano, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En un comunicado, indicó que con este hallazgo los arqueólogos del INAH son los primeros en ver el interior de ese espacio funerario, que corresponde a una cámara subterránea y que fuera sellado hace más de mil 500 años.
El arqueólogo Marco Zavaleta Lucido, indicó que realizan a detalle el registro de este espacio que por fortuna se encontró intacto, ya que las tumbas de tiro son objetivo de saqueadores, debido a la belleza de los materiales depositados dentro de ellas.
Al o a los personajes que se introdujeron en esta tumba recién descubierta, se les acompañó de una rica ofrenda compuesta por seis ollas de tamaño variable y un tecomate. La pieza sobresaliente es la figura del chamán que mide alrededor de medio metro de alto.
Zavaleta explicó que ésta fue «matada» de manera ritual, por lo que antes de situarse en la entrada de la tumba de tiro, fue rota intencionalmente, de ahí que el personaje sólo porte el mango de su arma y a su tocado le falten detalles como un cuerno.
Las imágenes propias de la tradición de tumbas de tiro constituyen un retrato más humano de los ancestros prehispánicos, por ejemplo, el rostro alargado de la escultura del chamán revela (como ya se ha comprobado mediante estudios antropofísicos) que algunos individuos de este desarrollo cultural eran sometidos a prácticas de deformación craneana, tabular erecto y tabular oblicuo, explicó la arqueóloga física, Rosa María Flores.
La antropóloga refirió que en el caso de la tumba de Villa de Álvarez, en su exterior se hallaron huesos de infantes y cánidos, así como un entierro infantil al bajar el tiro o pozo vertical. Ya en el interior de la cámara, revueltos con los restos de personas, se identificaron dientes de perros.
Este salvamento arqueológico también ha resultado una oportunidad para profesionistas de la Universidad de Colima, quienes acudieron al lugar para realizar un levantamiento en tercera dimensión del contexto. Es la primera ocasión en que una tumba de tiro intacta cuente con un modelo virtual.
El escaneo (que tendrá una etapa de postproducción con el uso de aplicaciones específicas), es un recurso didáctico que ayudará a comprender cómo fue el avance de la excavación e interpretar el espacio a través de la distribución de los materiales arqueológicos. Más tarde, el material podría distribuirse con fines educativos a un público más amplio, aparte del especializado en temas arqueológicos.
Zavaleta en abril de 2013 localizó otra tumba de tiro inalterada al oriente de la ciudad de Colima. Con los análisis posteriores, se contabilizaron además del entierro principal de un hombre (que guardaba relación anatómica), los restos de 35 individuos adultos, femeninos y masculinos, y tres de infantes, que originalmente se hallaron formando un gran osario.
En el salvamento arqueológico que ahora dirige en Villa de Álvarez, el arqueólogo del Centro INAH Colima ha tenido la oportunidad de liberar una serie de enterramientos en cistas de piedras, tanto de adultos como de infantes, que al parecer corresponden principalmente a la fase denominada Colima, del 400 al 600 d.C.
Cerca del lugar donde se han recuperado los entierros de adultos en cistas, Marco Zavaleta levantó tres metates que servían de sello a un pozo vertical de 1.50 m, de forma cuadrangular, que es justo la entrada a la tumba de tiro.
El espacio subterráneo desbastado en el tepetate (capa dura de toba volcánica) es distinto y anterior a los entierros hallados, data de entre 0 y 500 d.C., en los márgenes temporales de la fase Comala.
Existe la teoría de que las tumbas de tiro -tradición funeraria que se extiende en el Occidente de México abarcando el sur de Zacatecas, Jalisco, Nayarit, Colima y parte de Michoacán- servían como espacios de culto para los ancestros, es decir, que en ellos se depositaban a personajes de un mismo clan familiar.