Tres cementerios de Arteixo se encuentran inmersos en proyectos de ampliación
Los cementerios de Arteixo (provincia de La Coruña) se encuentran en pleno proceso expansivo. Tres de ellos, el de Loureda, el de Pastoriza y el de Arteixo, están inmersos en proyectos de ampliación con el objetivo de atender la demanda existente. El crecimiento poblacional experimentado en las últimas décadas en el municipio se traduce ahora en una gran demanda de nichos, aunque no en todas las parroquias sucede lo mismo.
El Arzobispado de Santiago es el impulsor de las tres ampliaciones actualmente en marcha. La del camposanto de Arteixo, a desarrollar en varias fases, ha visto como la burbuja le ha explotado en plena crisis. Estaba prevista la construcción de 720 nuevos nichos, pero casi una década después apenas se han levantado los 126 correspondientes a la primera de las fases, y ni siquiera están todos vendidos. Esto provoca que, cada tres años, el Arzobispado se vea obligado a solicitar la renovación de la licencia para no perder el proyecto.
Si en Arteixo han calculado muy por lo alto, en Pastoriza semeja que ocurre justamente lo contrario. Hace escasamente un año se iniciaron los trabajos de la segunda fase de ampliación para construir 87 nuevos panteones con tres nichos cada uno que, sumados a los 128 de la primera fase, hacen un total de 645 nuevos nichos. No obstante, la demanda en este caso ha sido mucho mayor, hasta el punto de que ya se han adquirido el 80 por ciento de esos nuevos nichos.
Por si todas estas nuevas construcciones funerarias no fueran suficientes, el cementerio de Loureda está actualmente inmerso en otra ampliación, ya bastante avanzada. Serán 120 panteones de nueva creación con tres nichos cada uno. Sumando así todas las ampliaciones llevadas a cabo en los camposantos del municipio, nos da la nada desdeñable cifra de 1.131 nuevos nichos.
Gancho económico
Una vez concluyan las obras en el cementerio de Loureda y se vendan los nichos existentes, el de Arteixo será el que más posibilidades tenga de crecer, ya que aún tiene pendientes muchas de sus fases. El motivo por el que no se han comercializado las nuevas plazas no es económico, o no debería serlo. El precio de un panteón no es desorbitado. Uno con ocho nichos y cenicero ronda los 9.000 euros. Quizá tenga más que ver el hecho de que la gente se incline cada vez más por las incineraciones.
También se ha hablado de construir un cementerio civil junto al nuevo cementerio. El Concello, al sobrepasar los 31.000 habitantes, debería disponer de él. La intención del gobierno local es incluirlo en el PGOM y dar así respuesta a una vieja demanda de varias asociaciones para recoger en un camposanto todas las sensibilidades religiosas.