El sector funerario venezolano entra en crisis a pesar de la falta de ataúdes y urnas para cubrir la demanda
En Venezuela se construyen actualmente menos ataúdes que hace unos años, sin que la gente haya dejado de morir, sino porque es difícil conseguir los materiales para poder elaborarlos.
Ramón Ángel López, presidente de la Asociación de Funerarias del Estado Miranda (Afem), destacó que la escasez de ataúdes, por falta de materiales para confeccionarlos, obedece a los problemas de producción de la estatal Siderúrgica del Orinoco (Sidor), que dejó de elaborar las láminas de metal que se utilizan en su confección.
Calificó de extrema gravedad la situación, ya que la demanda de urnas aumentó en un 20 por ciento, y esto mermó drásticamente los inventarios, acentuando la escasez de féretros, que últimamente son adquiridos en Colombia por familiares de los difuntos.
Salvador Armata, fabricante de urnas, dijo que en Venezuela operan cerca de 50 fábricas de ataúdes, pero que la escasez además de láminas, alcanza también a los pegamentos, barnices, pinturas, herrajes, vidrios y hasta telas para forrar las cajas internamente.
Vaticinó que difícilmente podrá continuar prestando servicio, ya que a la escasez de materiales para la confección de urnas se agrega la moda de cremar los cadáveres, lo cual afecta además negativamente el negocio de las funerarias que aún mantienen el servicio velatorio.
Muchas personas son conservadoras en cuanto a la cremación y en ningún lado de la Biblia se prohíbe la cremación, además “de hecho, reconozco que es un acto que disminuye la contaminación de los suelos que producen los cuerpos enterrados”, agregó.
Ante la realidad “de lo caro que resulta morirse”, Armata dice que abandonará el negocio, pues la cremación es más económica y evita que familiares se trasladen a un cementerio solitario expuestos a ser asaltados. “Los restos pueden estar en cualquier parte”, dijo.
La concejal del Municipio Sucre (Petare), Rosiris Toro, por su parte, cree necesario que el Estado inicie una campaña para incentivar este mecanismo, mediante financiamiento para tener más crematorios, pues esto permitiría abaratar sus costos.
El servicio de cremación sólo lo prestan los cementerios privados, el proceso tarda unas tres horas y cuesta unos 25 mil bolívares (50 dólares al cambio oficial para artículos no prioritarios), sin embargo, contratado el servicio hay que registrarse en una lista de espera que puede ser hasta de tres días.
Toro informó que en Venezuela existe una Ley para la Regulación y Control de la Prestación del Servicio Funerario que estipula el precio de los ataúdes y de las cremaciones, pero aseguró que lamentablemente nadie cumple su contenido.
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