El efecto de la serie “CSI” pone en jaque a la ciencia forense europea
Europa lidera, y por mucha diferencia, la ciencia forense mundial. La mayor parte de los avances tecnológicos a partir de las huellas del ADN que han hecho posible ayudar a la justicia en la lucha contra el crimen proceden del viejo continente, por mucho que el protagonismo en el cine y en la televisión recaiga en los investigadores estadounidenses.
La producción científica en genética forense del FBI está muy lejos, por ejemplo, de la que se genera en la Universidad de Münster (Alemania) y más alejada aún de la que procede de la Universidade de Santiago, la institución líder mundial en este campo en los últimos diez años.
Pero este liderazgo está ahora amenazado, ahogado por la falta de financiación tanto a nivel nacional, por parte de cada uno de los estados, como de la propia Unión Europea. Y parte de la culpa de esta situación la tiene el éxito de series de televisión como C.S.I. que ha fomentado la falsa percepción entre la opinión pública de que todo ya está inventado, de que cualquier criminal puede ser identificado a partir de una muestra de caspa o de la huella que su ADN deja en un cigarrillo.
Es el denominado Efecto C.S.I., que fue denunciado ayer en Bruselas por la red de excelencia European Forensic Genetics (Euroforgen), que ha alertado que en los últimos años los fondos dedicados a investigación genética forense «fueron disminuyendo drásticamente».
«Las administraciones europeas se han olvidado de la medicina forense, que ha quedado en tierra de nadie. Mientras que la producción científica europea está bajando, aunque aún es superior al 40 % mundial, la de Estados Unidos está subiendo», se lamenta Ángel Carracedo, catedrático de Medicina Legal de la Universidade de Santiago y uno de los mayores expertos internacionales en el campo, que participó ayer en la reunión de Bruselas. El cambio de tendencia refleja el distinto grado de inversión que se está realizando actualmente en la especialidad en ambos lados del Atlántico.
«Consecuencias dramáticas»
«La falta de fondos -alerta la red de expertos-, así como la indiferencia política amenazan el potencial de innovación de esta disciplina, con consecuencias dramáticas para la lucha contra el crimen y, por lo tanto, para la seguridad pública».
Carracedo denunció en su intervención el Efecto C.S.I., ya que «la falsa idea de que todo se ha resuelto en la tipificación del ADN forense puede dar lugar a errores involuntarios de la justicia y puede haber contribuido a la disminución de los fondos a nivel nacional y europeo». A día de hoy no hay proyectos específicos en el nuevo programa europeo de I+D+i Horizonte 2020 para que los investigadores de esta área puedan llevar a la práctica sus conocimientos.
¿Cuál es el resultado de esta inacción? Que «hay millones de huellas genéticas y ningún sospechoso», según la frase que ha escogido la red de excelencia europea para denunciar cómo se está desaprovechando el potencial que existe en Europa.
Los expertos destacaron las enormes posibilidades de la genética forense para la resolución de crímenes, pero advirtieron que muchos de estos progresos aún tardarán años en llegar y solo se conseguirán con la apuesta por la investigación. «El fenotipado forense de ADN -la identificación de las características corporales de un sospechoso a través del genoma- es solo un ejemplo de la enorme ventaja de la genética forense para la criminalística.
Pero series como C.S.I., con su coreografía de enormes pantallas táctiles con imágenes tridimensionales de los sospechosos, oscurecen el hecho de que aplicaciones como esta todavía están por llegar», avisa Peter Scheneider, coordinador de Euroforgen.
Mejor que el FBI
El Instituto de Ciencias Forenses de la Universida de de Santiago es líder mundial en producción científica en su área; le sigue la Universidad de Münster; el Instituto de Medicina Legal de Berlín y, en cuarto lugar, el FBI.
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