El Ayuntamiento de Vilassar de Dalt convocará una consulta para decidir si el tanatorio debe tener crematorio

El Ayuntamiento de Vilassar de Dalt (provincia de Barcelona) ante la polémica suscitada por la construcción de un gran complejo funerario que incluye un horno crematorio, ha anunciado que convocará una consulta popular para decidir si la instalación debe incorporar la incineración. El alcalde, Xavier Godàs (GEVD), declaró a La Vanguardia que velará para que el tanatorio cumplirá con todos los requisitos de seguridad ambiental. El centro costará 4,5 millones y reportará un canon fraccionado de 1,2 millones a las arcas municipales.

Los opositores al complejo funerario, que ya han recogido unas 2.000 firmas, mantienen una campaña de protesta y advierten que los vecinos quedarán ahora expuestos a emanaciones tóxicas. Consideran la ubicación, en el polígono de Vallmorena, inadecuada: «A 10 metros del campo de futbol, a 250 m. de dos barrios, a menos de 100 m. de negocios y empresas, a 700 m. de una escuela y a 640 m. del futuro instituto de Cabrils y sobre un acuífero de riego».

«En Suecia y Dinamarca, países avanzados, el 70% son incineraciones» recuerda Xavier Godàs, que detalla que las nuevas estructuras de crematorios discriminan las sustancias contaminantes, como las prótesis –que se extirparán antes- féretros sin barnices y amalgamas dentales con mercurio. Aún así, es partidario «si no hay acuerdo» de iniciar un proceso participativo o consulta «pero para que se imponga el sentido común».

Para Vilassar de Dalt, es una necesidad contar con un espacio municipal funerario, ya que el cementerio, a parte de estar saturado, es propiedad del Obispado de Barcelona. La construcción la llevará a cabo una unión de empresas (Cabré-Junqueras, Pompas Fúnebres de Badalona, Elysius Europa-Átima y Cementiris Metropolitans) que invertirán 4,5 millones para una concesión a 50 años. El diseño del centro está planteado como un gran espacio amable y enjardinado de 600 m².