Ayuntamiento, Plataforma y vecinos del Valle de Mena mantienen su rechazo a la construcción de un crematorio
El Ayuntamiento de Valle de Mena (provincia de Burgos) vuelve a trastocar los planes de la funeraria vizcaína Aranguren, que no ceja en su empeño de construir un tanatorio y un horno crematorio en el polígono industrial de Santecilla de Mena. El pasado 7 de noviembre, el Consistorio declaró la inviabilidad del cambio de uso de suelo industrial a equipamiento en el complejo, solicitado por la empresa tras la previa denegación de la licencia para efectuar unas obras que han sido objeto de una fuerte oposición por parte de vecinos y miembros de la Plataforma contra el crematorio.
En este caso, el equipo de Gobierno manifestó que el cambio de la normativa vigente «solamente estaría justificado por el interés público sustentado en la demanda de los vecinos».
La anterior negativa, adoptada por la Junta de Gobierno municipal, aludía a la situación irregular del arquitecto municipal, quien previamente había redactado tres informes favorables a la ejecución del proyecto. Según explicaron por aquel entonces desde el Consistorio, al tratarse de un profesional «contratado» y no «personal funcionario», existía «la duda razonable de que no pudiera estar facultado para emitir el informe urbanístico que necesitaba la corporación municipal para la resolución del expediente». Por ello, se solicitó otro informe al Servicio de Asesoramiento Jurídico y Urbanístico a Municipios y Arquitectura de la Diputación.
La máxima responsable, María Ascensión Aguirre, no tiene intención alguna de rendirse, sino que está dispuesta a luchar hasta el final. «Vamos a seguir por la vía legal y jurídica. Nuestros abogados siguen trabajando, porque esta negación no tiene ningún valor», afirma con la convicción de que «la ley está de nuestra parte». En este sentido, uno de los principales argumentos que esgrime la empresaria para «no tirar la toalla» es la sentencia favorable a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que propició la construcción de un crematorio en Miranda de Ebro.
Respecto a las quejas recibidas desde la plataforma debido a los gases contaminantes que afectarían a las viviendas colindantes al polígono, Aguirre volvió a hacer hincapié en «hasta ahora las mediciones de Medio Ambiente jamás han parado un crematorio». Por otra parte, la responsable de Aranguren cuestionó de nuevo la legitimidad de las más de 1.100 firmas presentadas por el colectivo opositor al considerar que la gran mayoría de los firmantes no están empadronados en la zona, sino a «personas que han sido manipuladas».
Férrea oposición
La respuesta de la plataforma frente al argumento de Aguirre respecto al origen de los apoyos se basa en que, tal y como explica su portavoz, Ima López, «aunque no todos estén empadronados, la gran mayoría tenemos propiedades en el valle y pagamos impuestos como el resto de vecinos». Independientemente de dicha cuestión, López señala que «en un país democrático todo el mundo tiene derecho a expresar su opinión». Además, lamenta que los medios de comunicación sigan «cuestionando las firmas que se presentaron en contra de este proyecto».
Por otra parte, desde el colectivo alegan no tener «nada en contra» de Aranguren «ni contra los crematorios en general». Incluso entienden que es «una actividad que tiene que existir». No obstante, manifiestan que la ubicación de un complejo de estas características debería estar «totalmente alejado de la población». Aparte de esgrimir razones medioambientales y sanitarias, los miembros de la plataforma recuerdan que este servicio se presta en Villarcayo y, próximamente, en Medina de Pomar, localidades cercanas al Valle de Mena.
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