El párroco del cementerio de Parcemasa

Últimamente estoy visitando el cementerio de Parcemasa (Málaga) mucho más frecuentemente de lo que sería mi deseo. Familiares muy directos, no tan directos, amigos, compañeros y maestros desaparecen por ley de vida. Normalmente antes del entierro o incineración se suele celebrar una misa a la cual sin ser buen cristiano, porque no lo soy, suelo acudir.

Desde que era un niño he ido a misa pocas veces por devoción y algunas más por obligación pero jamás en mis 63 años de vida había escuchado tan atentamente las homilías que da el párroco de la iglesia del cementerio de San Miguel de Parcemasa. Humanismo, reflexión profunda de lo que dice, creencia absoluta en el ser humano, armonía, sosiego y paz espiritual que transmiten sus palabras.

Ser cura y amar tanto a Dios debe ser maravilloso y aún más sabiendo que este párroco con tantísimos años de profesión nos manifiesta en cada misa ante el fallecido en cuerpo presente que el ser humano y Dios es una misma cosa. Padre, no sé cual es su nombre ni cuántos demonios intentan comprar su alma pero un neófito, impío y mal creyente como yo, sinceramente pienso que es usted un santo de carne y hueso con la paz que nos transmite a los que le escuchamos. Perdóneme si con mis palabras en algo le he molestado.