“Salvem” el camposanto más desconocido de Valencia
Bonnie Hinzpeter falleció en la primavera de 2012 y, además de amigos y familias, dejó atrás el proyecto de mejorar el aspecto del Cementerio Británico y Protestante de Valencia. Durante años, el también conocido como «cementerio de los ingleses» estuvo únicamente al cuidado de Trevor Nicholas, un ingeniero industrial ya jubilado que lo gestiona desde 1975, con un jardinero a su cargo.
También las familias de algunos de los Craven-Bartle, Morris, Ernes o Fink enterrados allí (apellidos decisivos en la historia de la revolución industrial valenciana del siglo XIX) procuraban mantener sus parcelas en el mejor de los aspectos. Pero sin más medios, era difícil enfrentarse al paso del tiempo y a los vándalos que entraban de noche y la emprendían contra las lápidas románticas y las vidrieras modernistas.
Sin la ayuda económica de la Corona Británica (propietaria del recinto), del ayuntamiento o de la Generalitat (pese a estar declarado como Sitio Histórico de Interés Local) sólo los nuevos enterramientos suponían hasta ahora un mínimo ingreso a revertir en el camposanto. Pero desde 2012 „cuando se abrió el panteón familiar de Henry Fink (personaje decisivo en la llegada del ferrocarril a Valencia) para enterrar a uno de sus descendientes„ este cementerio «multinacional y no confesional no ha tenido más actividad que las visitas de familiares y curiosos.
Teniendo en cuenta de que en sus casi 300 tumbas (la más antigua, de un niño inglés llamado Charles que murió en 1863) hay enterradas personas de 22 nacionalidades diferentes, y 37 de ellas son de origen desconocido, pedir a sus descendientes que se hagan cargo de su mantenimiento resulta también una labor harto difícil.
Pero la muerte de Bonnie Hinzpeter marcó un antes y después en la historia de este recoleto rincón de Valencia. Sus amigas y compañeras del Club de Mujeres Internacionales (IWC en sus siglas en inglés) decidieron rendirle homenaje retomando el proyecto que la mujer tenía en mente. Con la ayuda de compatriotas y amigos (algunos de ellos españoles y católicos, como se encargan en remarcar) las mujeres del IWC de Valencia han iniciado el Proyecto Bonnie, que incluye poda de árboles, limpieza de lápidas y destrucción de maleza. Además, a las puertas de la entrada neogótica al cementerio (con verjas nuevas, esta vez sí, pagadas por la Corona) están instalando un jardín „el Jardín de Bonnie„ presidido por un mural. Y en su interior están trabajando ya para acondicionar un pequeño espacio junto al muro norte en el que se puedan depositar también urnas con cenizas, e instalar un sistema de regadío.
La mayoría de los voluntarios que hoy trabajan mejorando el aspecto del Cementerio Británico tienen previsto descansar sus huesos algún día en él. Por eso, para justificar esta especie de «salvem» no sólo hablan de «respeto al pasado» sino también de «cuidar el futuro»
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