El Instituto de Medicina Legal de Cantabria cumple diez años
El Instituto de Medicina Legal de Cantabria ha cumplido diez años -comenzó su actividad en 2004- y sigue aspirando a una sede más cercana al Hospital Marqués de Valdecilla. El pasado año, aunque los datos son todavía provisionales, el Servicio de Clínica llevó a cabo 9.206 reconocimientos en total: 7.576 de lesionados, 297 internamientos, 457 incapacidades y 325 actuaciones en casos de violencia de género. El Servicio de Patología, que es el que lleva a cabo las autopsias, realizó 271 reconocimientos a cadáveres, concretamente en 114 casos se trató de muertes violentas.
«Antes los médicos forenses estaban adscritos a los diferentes juzgados y en julio de 2004 se reunieron en el Instituto de Medicina Legal. Hay uno o varios, según las provincias», explica Pilar Guillén Navarro, que es forense y directora de la institución. Los tres servicios que se prestan son el de Clínica, el de Patología y el Laboratorio.
En el primero de ellos se realizan las exploraciones de las personas que hay que valorar por diferentes motivos, sobre todo las que padecen lesiones a consecuencia de un accidente de tráfico. Las revisiones se llevan a cabo en las propias consultas que se sitúan en Las Salesas o en las que se ubican en los diferentes partidos judiciales, a las que acuden los forenses para evitar en la medida de lo posible los desplazamientos.
Entre las tareas más frecuentes, además de la valoración de las lesiones y secuelas de los accidentes de tráfico, están los informes de imputabilidad, las valoraciones para las incapacidades y también una situación bastante compleja y delicada como es el caso de los internamientos en instituciones de salud mental. También se realiza la valoración de drogodependientes.
Desde 2005 se cuenta con una unidad específica para la valoración de la violencia de género o familiar. Este problema social que no acaba de reconducirse tiene dentro del Instituto de Medicina Legal una gran importancia porque se quiere que las víctimas se sientan protegidas y que su valoración no suponga profundizar aún más en la herida del drama que están viviendo.
«El médico forense tiene que dar cuenta de la importancia de las lesiones, pero también hay que valorar la situación psicológica y social para poder hacer un informe completo que ayude al juez y al fiscal», apunta Guillén. También se realiza la valoración del agresor. La unidad atendió el pasado año un total de 325 casos y en 2013, 342.
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