El tanatorio de La Palma en Cartagena, consigue el XVIII Premio Regional de Arquitectura

El tanatorio de La Palma, en Cartagena, se alzó el pasado miércoles con el XVIII Premio Regional de Arquitectura. La obra, de Martíne Lejarraga, resultó ganadora de entre los 33 proyectos seleccionados como finalistas. Por otra parte, Enrique Sancho Ruano fue homenajeado por su trayectoria profesional.

Otros trabajos premiados fueron ‘Casa en la mota del río’, en Murcia; ‘Centro de Salud de Santiago el Mayor’, también en Murcia; ‘Restauración de la Capilla del Rosario’, en Lorca; ‘Rehabilitación de vivienda unifamiliar’, en Cartagena; y el ‘Plan Integral de Rehabilitación de Fachadas 2007-2014’, de Cartagena.

El premio especial a la permanencia de valores arquitectónicos recayó en el ‘Auditorio y Palacio de Congresos de El Batel’, en Cartagena; el premio a la sostenibilidad, a ‘Chirinbicisolar + ruta’, de Murcia; a la innovación, el ‘Laboratorio de ecodiseño Cartonlab’, en Murcia; y a la divulgación, la ‘Difusión del Patrimonio Cultural’ de Murcia; ‘Arquitectura ON’, de Mazarrón; y al ‘Aula de Arquitectura Social’, de Murcia.

El premio del público fue para ‘Interiorismo Sede Arquitania Business S.L.’; mientras que recibieron menciones a la sostenibilidad el ‘Centro de Acogida e Interpretación del Desfiladero de Almadenes’, en Cieza; y la ‘Remodelación y ampliación de un concesionario de vehículos’ en Murcia.

Además, obtuvieron menciones la ‘Adecuación del antiguo taller de fundición y diseño de plataforma de la Sala Museo de Isaac Peral’, de Cartagena; la ‘Rehabilitación de una antigua bodega’, en Cehegín; el ‘Stand Maracaná’, en Murcia; y el ‘Centro de arte especializado en videoarte Espacio Doméstico (EDOM)’, de Blanca.

Bernabé busca una «arquitectura más humanizada»
El consejero de Fomento, Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Francisco Bernabé, manifestó en su intervención con motivo de la entrega de estos galardones que «el propósito último que nos anime desde nuestros distintos ámbitos de responsabilidad tiene que ser legar a la posteridad una arquitectura humanizada, unas ciudades más amables y habitables y una sociedad más confortable».

Bernabé resultó que la sociedad actual reclama «además de innovación, modernidad y estética, seguridad, bienestar, confortabilidad, accesibilidad y eficiencia energética, términos todos ellos imprescindibles cuando se habla en nuestros días de arquitectura y de construcción».