En el municipio de Finisterre existe un cementerio mirando al mar y abandonado desde su construcción

En Finisterre (provincia de La Coruña) existe un cementerio de obra singular que no ha dejado indiferente a nadie. Lleva 17 años abandonado, pocos años después de su finalización, lo cual es algo excepcional, ya que pocas obras arquitectónicas se abandonan a su suerte de esta manera.

El cementerio de Finisterre diseñado por el prestigioso arquitecto César Portela acumula desde su nacimiento numerosos premios y galardones a nivel mundial, que de momento no le han valido para su apertura. La necrópolis ya terminada y pendiente de finalizar con la dotación de todos los servicios, por lo que está prácticamente abandonada desde entonces.

Son 168 nichos de granito repartidos en catorce cubos situados a los pies del acantilado. El problema que se plantea, a parte de que su diseño no acaba de convencer a los vecinos de la localidad, será su elevado precio cuando salga a la venta, lo que convertirá en un obstáculo más.

La historia de este cementerio es curiosa, ya que la razón por la que no ha sido utilizado y la administración ha abandonado su mantenimiento es por cuestiones de identidad. Es decir, en la tradición de las gentes de estas tierras morir en el mar es una desgracia que pide por lo menos que los restos de los pescadores descansen en un lugar lo más ajeno posible a la razón que le quitó a sus seres queridos.

En todo caso, como obra arquitectónica, su valor es incuestionable, y estamos seguros que dentro de algunas décadas se convertirá en lugar de culto y visita obligada. Sobre todo teniendo en cuenta que pasan miles de peregrinos  a su lado todos lo años en busca del final de la tierra.