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Actualizado: 22/11/2024
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Descubren un cementerio del siglo VI a. C con 150 tumbas con numerosos objetos de valor de oro y plata

Descubren un cementerio del siglo VI a. C con 150 tumbas con numerosos objetos de valor de oro y plata

Las obras de una carretera en Villajoyosa (Alicante) han propiciado el hallazgo de un cementerio del siglo VI antes de Cristo con 150 tumbas, en las que se han encontrado numerosos objetos de valor de oro y plata. Según ha informado hoy el ayuntamiento, esta «extraordinaria» necrópolis ha sido descubierta con motivo de la construcción de la conexión viaria entre la carretera de la ermita con la fábrica de Chocolates Valor, durante los últimos meses.

Entre los restos mortales se han encontrado huevos de avestruz decorados, anillos, pendientes y collares de oro, broches, tallas de alabastro, herramientas, armas, cerámicas, objetos de plata, lanzas de hierro, piezas de bronce, vidrios y monedas, entre otras piezas. También se han descubierto enterramientos extraños, como el de un bebé en un ánfora o el de una hombre con una argolla al cuello.

El consistorio ha señalado que la excavación arqueológica se ha desarrollado desde el pasado enero «con extrema discreción dada la importancia de los hallazgos» ya que creen que se trata de uno de los espacios funerarios más relevantes excavados en la provincia de Alicante, el cual pertenece a la gran necrópolis de Casetes, de más de 700 metros de longitud.

Las labores han sido complejas porque las tumbas se cortaban unas a otras y se ha dado el caso de que en una superficie de cuatro metros cuadrados existían 5 tumbas superpuestas de diferentes épocas. Las tumbas más antiguas se fechan en el s. VI a. C., la llamada época Orientalizante, en la que la población indígena está bajo fuerte influencia fenicia y más tarde cartaginesa.

Entre ellas destacan dos cámaras rectangulares enlucidas y con bancos corridos en el fondo delimitando un crematorio que a la vez sirve de tumba. Las tumbas de esta época han ofrecido ajuares de un interés excepcional como huevos completos de avestruz decorados; amuletos egiptizantes de piedra de talco (esteatita), como una hipopótama y un Ptah Pateco; un frasco de perfume de tipo egipcio tallado en alabastro (alabastrón); una plaquita de plata con inscripción fenicia; anillos, pendientes y pequeños collares de oro; y otras cerámicas feniciopúnicas como platos de pescado.

Otras tumbas se pueden fechar entre los siglos V y IV, ya en época Ibérica, entre ellas parte de un túmulo de piedra escalonado y otras numerosas tumbas que han arrojado piezas como un extraordinario ‘guttus’ (vaso cerámico para aceites perfumados) en forma de pato, cuchillos afalcatados, lanzas de hierro, copas griegas, broches para ropa (fíbulas) o broches de cinturón de bronce. Del Ibérico final o época iberorromana han aparecido tumbas con las cenizas en vasos íberos llamados cálatos, con decoración pintada en rojo.

El yacimiento sigue muy activo en el Alto Imperio romano, con enterramientos en ollas y un bebé enterrado en un ánfora, así como superficies rectangulares donde se queman y se entierran los huesos del difunto, junto a finas cerámicas y numerosos frascos de perfume de vidrio romanos, algunos de ellos perfectamente conservados, así como monedas y otros objetos. A partir del siglo II después de Cristo y durante la época tardorromana hay una decena de tumbas de inhumación, en las que los difuntos ya no se queman.

Algunas de ellas son insólitas, como los restos de un individuo que apareció con una argolla de hierro alrededor del cuello; y otras en las que se ve claramente que la fosa se fue abriendo para reutilizarla, puesto que dentro aparecen una mujer con un niño y a los pies los restos recogidos de dos individuos más, que se habían amontonado en un extremo para hacer sitio a aquellos.

Otro de los hallazgos más importantes son tres calzadas: una de ellas, la principal, repavimentada en la segunda mitad del siglo I de nuestra Era, probablemente coincidiendo con la concesión del estatuto de municipium a la ciudad romana de Allon (Villajoyosa) por el emperador Vespasiano en 73/74 d.C. y con la construcción de las termas monumentales de la calle Canalejas. Esta calzada se asienta sobre otra muy antigua, que conectaba el puerto y la ciudad antigua de Villajoyosa con los valles de Alcoy, mientras que los otros dos caminos son secundarios.

Por último, al oeste del camino se han excavado restos muy arrasados de un horno cerámico que pertenecía al cinturón industrial de época ibérica que rodeaba a la ciudad, a modo de los actuales polígonos industriales, y anteriormente documentado también en otras excavaciones. La ingente cantidad de piezas bien conservadas y de altísimo interés pasa a enriquecer aún más los fondos de Vilamuseu, que posee una de las principales colecciones arqueológicas de la Comunitat Valenciana.

Dada la importancia del hallazgo, el ayuntamiento ha organizado visitas guiadas por los arqueólogos. Debajo del gran círculo central de la rotonda se va a conservar, bajo una capa de tierra muy espesa que impide su expolio, buena parte de la necrópolis y la calzada, que en un futuro se podrán excavar y conservar in situ. De las tumbas más relevantes se han extraído algunos elementos constructivos de interés y se ha hecho fotogrametría que permitirá una futura recreación física o virtual en tres dimensiones.

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