El psicólogo forense Armas Vargas, imputado en un delito de revelación de secretos
El pasado martes, ante la magistrada del juzgado de instrucción número 4 de San Cristóbal de La Laguna, (Santa Cruz de Tenerife) el psicólogo forense Armas Vargas, compareció como imputado en un delito de revelación de secretos y violación de secreto por particular, al haber aportado documentación de dudoso origen a una causa anterior, en la que estaba imputado por falso testimonio, falsedad de documento público, uso de información privilegiada de funcionario público y prevaricación.
Para la defensa de esa causa, pendiente en la actualidad del pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Gerona, Enrique Armas y su abogado, Ramón Guzmán Sánchez, también imputado, habrían aportado documentación de dudosa legalidad, como un escrito de la Fiscalía Provincial de Santa Cruz de Tenerife, por el que se resolvía el archivo de otra denuncia interpuesta contra el psicólogo, pero que consiste en un escrito inacabado, sin firma de fiscal, y sin sello de notificación a las partes.
Igualmente, en esa defensa se aportaron documentos sin sello de salida que formaban parte de una queja contra Armas ante el Diputado del Común, interpuesta por Julio Blas Padrón, portavoz de la Plataforma en Defensa de las Buenas Prácticas en Psicología Forense, documentos en los que se revelaba la identidad del particular, en contra del Reglamento de esa institución en defensa de los ciudadanos.
La nueva causa ha sido abierta por el juzgado de Instrucción número 1 de Gerona, que ordenó mediante exhorto que se le tomase declaración a Armas Vargas por imputado, aunque el psicólogo forense no quiso responder a las preguntas de la magistrada ni de la representación legal de Julio Blas Padrón, personado en la causa, sino que se limitó a aportar más documentación.
Llegó acompañado de su abogado, Guzmán Sánchez, quien ya tuvo que declarar ante la juez de Instrucción 2 de Santa Cruz de Tenerife como imputado por el delito de violación de secreto. La Plataforma en Defensa de las Buenas Prácticas en Psicología Forense nació tras conocerse que Enrique Armas Vargas hizo público en Gerona un estudio personal para el que habría utilizado a más de 400 personas, víctimas de acosos sexuales o acosos laborales, tanto adultos como menores, sin consentimiento previo, y que habrían formado parte de una experimentación de pruebas forenses elaboradas por el psicólogo forense, que trabaja en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife y que es perito de los órganos judiciales en la provincia tinerfeña.
El psicólogo mantiene su actividad pese a haberse dado de baja como colegiado en el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, tras haber sido por falta muy grave e inhabilitación para ejercicio profesional durante seis meses, por emplear herramientas no homologadas, sino de su invención, en las peritaciones forenses a víctimas y acusados de delitos por acoso y violencia de género. En la actualidad, sigue sin estar colegiado.
