Seis cementerios de Europa que hay que visitar
En muchas ciudades, los turistas visitan sobre todo palacios, iglesias y otros edificios importantes que no deben faltar en ninguna guía turística. ¿Pero cementerios? Sí, ¿por qué no? Los camposantos no solo son lugares para los familiares de los muertos, sino que muchas veces también son destinos turísticos populares, sobre todo si en ellos están enterradas famosas personalidades.
Muchos cementerios se han ido convirtiendo a lo largo de los siglos en parques y lugares de peregrinación situados dentro del perímetro de las ciudades. Antaño estaban ubicados fuera de las zonas urbanizadas, pero hoy muchas veces ocupan un lugar en el centro y están integrados en la ciudad.
El de Ohlsdorf en Hamburgo (Alemania) es el cementerio-parque más grande del mundo y, con una superficie de unos 391 hectáreas, también el cuarto cementerio más grande del mundo. Desde su inauguración en 1877, unos 1,4 millones de muertos fueron enterrados aquí a la sombra de árboles frondosos y coníferas.
El terreno está atravesado por calles con una extensión total de 17 kilómetros. Una línea especial de autobús da acceso al área. Además de un museo, hay un centro de información desde el que se ofrecen visitas guiadas. “La demanda es muy grande y ha aumentado notablemente en los últimos años“, dice el portavoz del cementerio, Lutz Rehkopf.
Ohlsdorf se convirtió en un importante destino turístico en Hamburgo. No siempre fue así. “Durante mucho tiempo, el cementerio era una zona tabú que mucha gente evitaba visitar“, señala Rehkopf. Actualmente, se ofrecen conciertos, representaciones teatrales y funciones de cine.
Père Lachaise en París es el cementerio más grande y al mismo tiempo el más conocido de la capital francesa. Fue construido a principios del siglo XIX para sustituir muchos camposantos más pequeños que tuvieron que ser cerrados en aquel entonces. Para una ciudad tan bulliciosa como París, durante el día está muy tranquilo. El parque está atravesado por calles anchas flanqueadas por tumbas de granito y mármol. Muchas de ellas se han ido derrumbando con el tiempo, pero los restos siguen en pie. Cada año, unos dos millones de personas visitan el cementerio, donde están enterradas estrellas y artistas como Edit Piaf, Frederic Chopin y Jim Morrison. Sus tumbas son lugares de peregrinación.
El Cementerio Central de Viena se inauguró en 1874 y con una superficie de casi 2,5 kilómetros cuadrados y unas 330.000 tumbas es actualmente uno de los más grandes de Europa. En 1863, el ayuntamiento de Viena decidió construir un gran cementerio fuera de la ciudad cuyo límite de capacidad nunca se alcanzó y donde pueden encontrar su última morada todos los muertos de la capital austriaca.
Aquí están enterrados en panteones músicos y compositores como Ludwig van Beethoven o los contemporáneos Udo Jügens y Falco. Con su estilo arquitectónico art déco, el cementerio es una de las atracciones turísticas especiales de la ciudad. En abril, mayo, junio septiembre y octubre se ofrecen, previa reserva, visitas guiadas de dos horasde duración.
Con una superficie de solo una hectárea, el Cementerio Judío de Praga es relativamente pequeño. Aun así, en este camposanto, situado en el centro de la ciudad vieja de Praga, están enterrados los restos mortales de unas 100.000 personas, en algunos casos en unas 12 capas de tierra por falta de espacio.
Los monumentos fúnebres, algunos de los cuales datan del siglo XV, están pegados unos a otros. Como en el gueto judío no existía la posibilidad de ampliar el cementerio, este ha conservado en gran parte hasta el día de hoy sus dimensiones históricas.
En el Cementerio de la Abadía de Whitsby, en el norte de Inglaterra, ronda el fantasma del conde Drácula, al menos esto es lo que escribió Abraham Stoker en su novela homónima del año 1897. Supuestamente, fue en Whitsby donde el famoso vampiro desembarcó durante un viaje a Londres. Desde entonces, un sinnúmero de fans del libro visitan cada año el cementerio en el condado de Yorkshire.
Situado en un acantilado, el cementerio está junto al mar y en su centro se encuentra la iglesia histórica de Santa María. Algunas partes del templo datan del siglo XI. Hace más de 100 años que ya no se realizan enterramientos en el viejo cementerio, entre otros motivos porque existe el riesgo de que los cadáveres sean desenterrados por los corrimientos de tierra que se producen con frecuencia en la zona.
En el año 1808, el emperador Napoleón Bonaparte ordenó que los muertos en la ciudad de Venecia fuesen enterrados en adelante en un cementerio general a ser construido en la isla de San Cristoforo della Pace. A tal efecto se levantaron muros alrededor de la isla y se construyó una entrada monumental.
Sin embargo, la isla-cementerio pronto resultó ser demasiado pequeña, por lo que se decidió comunicarla con la vecina isla de San Michele. El canal que separaba ambas fue rellenado. Desde entonces, la “isla de la muerte” una y otra vez se fue ampliando poco a poco, hasta alcanzar la superficie actual de 17,6 hectáreas. Es la única isla declarada enteramente como cementerio.
Datos útiles. El cementerio Ohlsdorf en Hamburgo está abierto todos los días de abril a octubre de 08:00 a 21:00 horas y de noviembre a marzo de 08:00 a 18:00 horas. Para participar en visitas guiadas por el Cementerio Central de Viena se pueden hacer las reservas por teléfono (0043/1-5346928404) o por email (zentralfiedhof@friedhoefewien.at). La entrada para niños, estudiantes y personas discapacitadas es de cuatro euros (unos 4,40 dólares). La entrada para adultos cuesta diez euros (unos 11 dólares).
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