El Museo de Historia Natural de Los Ángeles acoge una veintena de momias peruanas y egipcias
El Museo de Historia Natural del condado de Los Ángeles (NHM) acoge en sus salas una veintena de momias que son la pieza central de una exposición itinerante inédita sobre las costumbres funerarias practicadas por las ancestrales sociedades peruanas y egipcias.
Los ejemplares pertenecen al museo The Field de Chicago, donde han estado a buen recaudo desde que fueron expuestos por primera vez en 1893 y nunca antes habían salido de gira. Los Ángeles será su nuevo hogar hasta el próximo 18 de enero y, aunque los sarcófagos y los milenarios difuntos descansan desde hace unos días en el sur de California, el público tendrá que esperar aún hasta el 18 de septiembre para poder verlos en persona.
La exposición, titulada «Mómias: Nuevos secretos de la tumbas.», presenta en un mismo espacio las dos tradiciones más antiguas y conocidas de momificación, la realizada por los pueblos de lo que hoy sería Chile y Perú, y por los egipcios, cada una condicionada por las creencias locales. «Ambos grupos se desarrollaron de forma independiente y nunca tuvieron contacto uno con otro», aclaró Ryan Williams, estudioso de arqueología sudamericana y conservador asociado de The Field, que acalló así, en una visita organizada para la prensa, las teorías que circulan por internet que vinculan ambas culturas.
El recorrido comienza con la mención a la sociedad de pescadores conocida como Chinchorro, en la costa chilena, que 7.000 años antes de Cristo momificaban ya a sus muertos, esto es casi 2.000 años antes de las primeras momias egipcias. Los Chinchorro despellejaban a sus difuntos y los reconstruían artificialmente, una técnica que cayó en desuso, mientras que más al norte se dejaba que las condiciones ambientales, donde la sequedad favorecía la conservación de los cuerpos, hicieran el trabajo.
En la exposición se ven varios fardos funerarios que contienen los cuerpos sin vida, en posición fetal, de algunos de los antiguos pobladores de Perú, así como réplicas de sus enterramientos. Uno de los principales atractivos de la muestra es el uso de tomografías computerizadas para revelar lo que se oculta bajo las capas de tela que envuelven las momias.
Esta tecnología permitió a los arqueólogos conocer detalles como que uno de los fardos peruanos guarda a una mujer de unos veinte años junto con dos niños pequeños que -se cree- eran sus hijos, y reproducir en bustos tridimensionales el aspecto que habrían tenido en vida algunas de las momias egipcias.
El visitante podrá interactuar con dos mesas con pantalla táctil para explorar lo que esconden las momias, como si fuera un científico. «La tecnología esta abriendo nuevas formas de entender el mundo y usar las momias como una ventana al pasado», comentó Williams.
A diferencia de en Sudamérica, en Egipto se embalsamaba a los muertos. Esto implicaba, entre otras cosas, extraer la sangre y vísceras del cadáver para mejorar su preservación. Asimismo, se empleaban sarcófagos tallados de piedra y madera donde se depositaba al muerto tumbado.
Mientras que en Sudamérica los vivos visitaban a sus momias, que eran sepultadas en lugares accesibles, en Egipto se procuraba aislar a los cuerpos del mundo exterior.
La exposición no cuenta con momias faraónicas, pero sí con ejemplares de la clase media-alta de la época del Imperio Romano, tiempo de la famosa Cleopatra, como la llamada «Gilded Lady», de la que gracias al escáner descubrieron que tenía el pelo rizado, unos 40 años y que podría haber fallecido por tuberculosis.