Cementerios, espacios para la memoria y el olvido
El primer Seminario Nacional de Patrimonio, enfocado a la importancia patrimonial que supone para nuestra cultura los cementerios de Melilla, ha tenido, el pasado martes 10, su aplicación práctica con la visita al cementerio cristiano de la Purísima y los dos judíos. Especial atención han tenidos los pertenecientes a esta última religión cuyo acceso está, habitualmente, más restringido.
El cementerio de San Carlos, situado en el llamado Cuarto Recinto, junto a la Alcazaba, es de un valor histórico incalculable. No por menos, es el primer cementerio judío instalado en España tras la expulsión. Se abrió en 1870 y se clausuró en 1892, aunque, posteriormente, se utilizó para enterrar en él algunos objetos sagrados.
Se estima que en este lugar puede haber enterradas unas cien personas de las cuales, sólo están identificadas dos.
El cementerio de San Carlos fue propiedad de la comunidad israelita hasta hace unos años, pasando luego a manos de la Ciudad Autónoma. Se encuentra en un estado lamentable de conservación y la intención es restaurarlo para que pueda ser visitado por el público por su interés cultural e histórico.
Cementerios judíos con más de 4.000 tumbas
Los nuevos cementerios judíos, situados junto al cristiano de la Purísima, cuentan con algo más de 4.000 tumbas. Por tradición religiosa sólo se permite un cuerpo por sepultura y los traslados sólo son posibles si es a tierra santa. La falta de espacio, debido a esta circunstancia, es la causa por la que la que los enterramientos están muy próximos unos a otros.
Los seguidores del seminario han tenido la oportunidad también de recorrer el cementerio cristiano con una larga historia civil y militar. Inaugurado en 1892, en sus 50.000 metros cuadrados hay más de 80.000 inhumaciones, de las que unas 12.000 son militares fallecidos en las campañas de África a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. Para este miércoles está prevista la visita al cementerio musulmán de Sidi Guariahc.
Jornada de conferencias
La jornada inaugural del I Semanario Nacional de Patrimonio “Cementerios y enterramientos, una visión patrimonial”, ha comenzado en la tarde del lunes, con la intervención de tres ponentes y la inauguración de la exposición del Diago Márquez.
La primera ponencia, a cargo de Rosario Camacho Martínez, ha tratado en profundidad de los espacios para la memoria y el olvido en Málaga. En su discurso, la académica ha tratado temas como la construcción del cementerio de San Miguel o la relevancia de los monumentos funerarios de las familias del sector industrial del siglo XIX, como los Larios, los Heredia o los Loring.
En segundo lugar, Julia Melero, ha expuesto el tema “La necrópolis: su valor arqueológico y patrimonial”. Basándose en la historia de Melilla, la arqueóloga ha repasado los diferentes lugares de reposo que ha tenido la ciudad y los yacimientos arqueológicos funerarios que se han encontrado, como el del fuerte de San Lorenzo, descubierto por Fernández de Castro en 1913.
Las conferencias se han cerrado con la intervención de Miguel Ángel Ferreiro, miembro de la Armada y director del blog El Reto Histórico, que bajo el título “La muerte y el mar” ha realizado un análisis histórico sobre cómo ha evolucionado el rito funerario en el medio marino.
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Siempre son bienvenidas estas iniciativas que acercan la cultura funeraria a la sociedad.
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