La ciudad de Montevideo estrena una nueva morge judicial
La nueva morgue judicial de Montevideo (Uruguay) resplandece. Una cámara de frío, tres mesas de autopsias y dos equipos con heladeras están prontos para que los médicos forenses busquen en el cuerpo de los difuntos las causas de la muerte. La apertura de la morgue más grande y moderna del país ocurre meses después de que los médicos advirtieran sobre la decadencia de las condiciones en que trabajan.
«Hay salas de autopsias que son peores que una carnicería. Yo ahí no carnearía ni un chancho. Los fluidos corporales corren por el piso. Está todo mal. En esas condiciones no pondría a trabajar ni al más desgraciado del universo», dijo en setiembre a El Observador el abogado Hermann Leis, que asesora legalmente al gremio que nuclea a los médicos forenses. Sin entrar en tanto detalle, el escribano Jorge Kluver, director del Departamento de Medicina Forense del Poder Judicial, reconoce que en las 30 morgues forenses del interior del país «hay carencias ancestrales».
Pero la reforma del sistema está en marcha. Los ministros de la Suprema Corte de Justicia inaugurarán hoy el Centro de Servicios Periciales, donde funcionará, además de la morgue judicial, el Laboratorio de Química y Toxicología del Instituto Técnico Forense, donde se analizan muestras biológicas a pedido de un juez, se realizan exámenes de alcoholemia y se estudian las drogas incautadas. El edificio cuenta con cuatro pisos que permiten a los diversos equipos trabajar con independencia. En los próximos días cerrará la vieja morgue.
Además de mayor espacio, los médicos forenses tendrán en la planta baja y el primer piso nuevos equipamientos para trabajar. La vieja morgue, ubicada en Uruguayana y Río Grande, tenía heladeras para conservar 20 cadáveres. Su sucesora, ubicada en la calle Carlos Gardel, a pocas cuadras del Cementerio Central, tendrá el doble de capacidad. Si pasara una tragedia como la de Cromañón, el boliche argentino en el que murieron 194 personas el 30 de diciembre de 2004, la capacidad de la morgue para conservar los cuerpos seguiría siendo insuficiente, pero al menos con el nuevo edificio la capacidad de preservación de cadáveres se duplicará y las condiciones para los trabajadores mejorarán.
Hay una realidad que no podemos cambiar: el trabajo con material cadavérico y el enfrentamiento diario a la muerte. A mí no me gusta estar abriendo un cuerpo totalmente putrefacto. No es nada agradable por las condiciones del cuerpo, por lo que estás tocando y por la emanación de olores. Eso es una realidad pero alguien lo tiene que hacer», advierte el médico forense Domingo Perona. Sin embargo, hay otras condiciones que sí se pueden cambiar. Perona mostró con entusiasmo a El Observador las tres nuevas mesas de autopsia de acero inoxidable en las que investigará homicidios y muertes dudosas, entre otros asuntos. «La condición material de trabajo va a mejorar», aseguró.
A la morgue judicial de Montevideo llegan 2.200 cuerpos al año aproximadamente. Llegan los cádaveres producto de muertes violentas (homicidios, suicidios, accidentes fatales), de muertes sospechosas, de muertes sin asistencia. «Trabajamos con una población bastante marginal», explicó Perona. Reciben cuerpos de niños abandonados en volquetas, de personas en situación de calle y restos de desaparecidos encontrados en batallones, que son analizados en el Departamento de Antropología Forense, que también se trasladará al nuevo edificio. El primer objetivo es determinar la causa de la muerte para librar el certificado de defunción, necesario para darle sepultura al cuerpo.
Los cuerpos suelen permanecer en la morgue judicial entre 24 y 48 horas. Otro grupo de cadáveres permanece por lo general más tiempo. Se trata de las personas no identificadas, como los bebés que aparecen abandonados, algún extranjero que muere en un barco pesquero, en un buque de turismo o cuando está de visita en Uruguay. Los cuerpos de extranjeros permanecen más tiempo por los trámites de extradición.
Las nuevas heladeras, importadas de China, y la nueva cámara de frío, conservarán los cuerpos a una temperatura entre 0 y 6 grados. «Podríamos congelar a 20 grados bajo cero pero no lo hacemos porque en un cuerpo congelado no podemos trabajar. A veces recibimos de los barcos pesqueros cuerpos congelados y no los podemos trabajar hasta varios días después», explica Perona. Las tres nuevas mesas de autopsia, de industria uruguaya, permitirán trabajar con mejor higiene. Las virtudes de un buen desagüe, como el de las nuevas mesas, bastan para imaginar cómo pueden ser las mesas de mármol o azulejos del interior del país en las que cuesta evacuar los líquidos humanos.
Las morgues del interior
«Hace muchos años que las morgues en el interior están bastante abandonadas, pero se han ido mejorando de a poco algunas de ellas», asegura Perona, que fue director del Departamento de Medicina Forense entre febrero de 2012 y setiembre de este año.
Su sucesor, el actual director del departamento, está realizando un relevamiento del instrumental de trabajo y las condiciones laborales de las 30 morgues judiciales que hay en el interior. «Acabo de estar en una morgue donde existe un solo instrumento de acero inoxidable: una tijerita», dijo Kluver a El Observador, quien, por el contrario, destacó como modelo la morgue de Maldonado. «La Suprema Corte de Justicia está preocupada y está trabajando en la problemática de los médicos forenses. Se están renovando las mesas de autopsias del interior. Se adquirieron en los últimos días cuatro nuevas mesas de acero inoxidable y luego se renovará un tercio de las mesas», agregó.
Mientras Kluver y Perona destacan las mejoras en el sistema resulta imposible dejar de pensar que ese sitio, donde funcionaba una funeraria, estará colmado de muerte en pocas horas.
La ciudad de Montevideo estrena una nueva morge judicial: La nueva morgue judicial de Montevideo (Uruguay)… https://t.co/DUByzs8lBP