Las urnas funerarias encontradas en la necrópolis ibérica de Alarcos dan mucha información de cómo vivían
El trabajo de laboratorio a partir de los materiales excavados el pasado mes de julio en la necrópolis ibérica situada al pie del cerro de Alarcos está dando ya sus frutos a medida que se van vaciando las urnas halladas por los alumnos de la Facultad de Letras dirigidos por los profesores Rosario García Huertas y David Rodríguez González.
Alarcos es actualmente un parque arqueológico muy importante de la historia de la Reconquista castellana y el mundo ibérico en la provincia de Ciudad Real.
García Huertas explicó que entre las piezas que han salido a la luz como parte de los ajuares funerarios, datados entre los siglos IV y II antes de Cristo, hay objetos «poco frecuentes», en otros enterramientos de la zona, lo que habla de los individuos a los que pertenecían tenían «cierta relevancia social». La responsable de la excavación señaló que actualmente se está procediendo la vaciado de las urnas, con lo que todavía pueden aparecer en su interior, mezcladas con las cenizas de las personas enterradas, nuevos objetos destacables.
Hasta el momento, los artículos más llamativos son unas 200 cuentas de un collar de pasta vítrea de color azul, que revelan un gran dominio de la técnica, puesto que cada una de estas cuentas es diminuta y perfecta y junto a ellas una cornalina. «Pensamos que las cuentas de pasta vítrea podrían ser de fabricación local (lo que ya sería prueba de una comunidad con alta capacidad técnica para su elaboración), mientras que la cornalina, es evidentemente de importación».
El segundo elemento es «lo que pensamos que es un espejo, puesto que la superficie se ha perdido pero queda la estructura de soporte», detalla García Huertas, quien aclara que en este caso, este objeto no se halló en el interior de la urna sino depositado en el plato con el que se cerraba el recipiente funerario. Otra de las particularidades de este espejo, también un elemento inusual para su época, es que su estructura es de hierro, cuando en la mayoría de los casos eran de bronce.
El trabajo de laboratorio sobre los materiales descubiertos en Alarcos se desarrolla en la Facultad de Letras de Ciudad Real y aunque todavía queda trabajo de campo por realizar, García Huertas confesó que «pensamos que el próximo verano acabaremos la investigación de la necrópolis», puesto que el estudio del terreno hace pensar que la mayor parte de los enterramientos de esta necrópolis se los ha llevado el río Guadiana, mientras que otra parte se encuentra bajo la carretera que enlaza la vía de Ciudad Real a Piedrabuena con Poblete, pero no es probable de que las tumbas se adentren en la ladera del cerro, puesto que los cementerios ibéricos se encontraban en zonas llanas, además de que el asentamiento ibérico ocuparía también dicha vertiente.
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