No es serio este cementerio

Imagínese que compra una bonita propiedad en Santa Gertrudis por 2,9 millones de euros. El único ´pero´ es que el vendedor le dice que deja allí «un par de cosillas» que se llevará «enseguida». Suponga que descubre que ese «par de cosillas» resultan ser nada más y nada menos que 17.000 cajas del tamaño de las que se ven en las fruterías llenas de fragmentos de material procedente de excavaciones arqueológicas de Ibiza y Formentera de valor patrimonial incalculable. Y suponga que ese «enseguida» son dos años.

Esto es lo que ha pasado con los restos arqueológicos almacenados en las galerías subterráneas del antiguo polvorín militar de Santa Gertrudis. Propiedad del Consell de Ibiza desde 2009, el polvorín pasó a manos privadas en enero de 2014 cuando la institución, gobernada por el PP, decidió venderla sin que el Govern balear se llevase antes de allí las cajas. Nada menos que 6.000 de esas cajas están llenas de huesos de los antiguos pobladores romanos y fenicio-púnicos de las Pitiusas.

En julio de 2014 esas mismas galerías subterráneas –ya en manos privadas, recordemos– acogieron una fiesta que pretendía ser exclusiva pero todos nos acordamos de que siguió un hilo argumental similar al de ´Resacón en Las Vegas´, desbordando a los propios organizadores. Salvo un par de fotos poco ha trascendido de lo que sucedió en el interior de aquella fiesta. Ahora sabemos que, en deferencia a los silenciosos invitados que asistían en calidad de calaveras, húmeros y radios, se escucharon clásicos como ´Huesos, huesos´, de Los Burros, y ´No es serio este cementerio´, de Mecano.