La industria funeraria japonesa presenta en la feria “El final de la vida” importantes novedades en su oferta
Debido al envejecimiento de la población de Japón, que afecta a diversos aspectos de la vida diaria, entre ellos los funerales, se están produciendo cambios en la sociedad japonesa. Cada vez son más las personas que deciden hacer ceremonias funerarias más íntimas y personalizadas; incluso hay quienes piden que sus cenizas sean esparcidas en el espacio. También está aumentando el número de tumbas desatendidas o abandonadas. Por otra parte, hay monjes budistas que han comenzado a hacer públicos sus honorarios por oficiar rituales fúnebres –tradicionalmente la familia del difunto entrega al bonzo una ofrenda de agradecimiento por sus servicios–. La industria del descanso eterno está realizando esfuerzos para adaptarse a todas estas transformaciones.
Funerales espaciales: orbitar en un satélite artificial o alunizar
200 empresas del sector funerario participaron en la edición de 2015 de la feria El Final de la Vida, que se celebró en el Tokyo Big Sight, un recinto del distrito tokiota de Kōtō que acoge todo tipo de exposiciones nacionales e internacionales. Los funerales espaciales fueron uno de los platos fuertes de la cita; consisten en depositar las cenizas en una cápsula que posteriormente se envía al espacio a bordo de un cohete para esparcirlas del mismo modo que si se hiciera, por ejemplo, en el mar. Se realizan en Estados Unidos desde 1997 y son la forma elegida para iniciar su descanso eterno por personajes célebres como Gene Roddenberry, creador de la serie de televisión de ciencia ficción Star Trek, el astronauta Gordon Cooper y el astrónomo Eugene Shoemaker.
La firma japonesa Ginga Stage, cuya sede se encuentra en Osaka, presentó en la feria un paquete por valor de 450.000 yenes que permite iniciar el descanso eterno a bordo de un cohete. Otras opciones son orbitar alrededor de la Tierra en un satélite artificial o alunizar, disponibles por 950.000 y 2.500.000 yenes, respectivamente. En el viaje organizado el 6 de noviembre de 2015, el décimo cuarto de este tipo, se transportaron al espacio las cenizas de tres japoneses. Ginga Stage representa en Japón a la empresa estadounidense Celestis, con una importante trayectoria en la realización de este tipo de funerales.
La empresa Elysium Space, también originaria de Estados Unidos, comenzó a ofrecer en Japón sus servicios de funerales espaciales en octubre de 2013. Dispone de un plan por valor de 300.000 yenes que convierte las cenizas en una estrella fugaz después de que estas hayan orbitado alrededor de la Tierra. La firma tokiota Balloon Uchūsō, por su parte, dispone de un servicio que permite esparcir las cenizas, desde donde uno desee, en el interior de un globo de goma cien por cien natural. Estos objetos alcanzan una altitud que oscila entre los 30 y los 35 kilómetros cerca de la estratosfera y aumentan de tamaño de tres a cuatro veces debido a la presión.
Aumentan los funerales íntimos y personalizados
El formato de los funerales en Japón comenzó a cambiar drásticamente alrededor de la década de 1990; fue entonces cuando disminuyó el número de personas que los realizaban en sus hogares. De hecho, en la actualidad casi todos se celebran en salas habilitadas a tal fin. Además, la cantidad de personas que asisten a este tipo de ceremonias se está reduciendo. Según Kotani Midori, jefa de investigación en el Instituto de Seguros Dai-ichi Life, en Japón los funerales son pomposos cuando un hijo pierde a su padre o madre a los 59 años. Sin embargo, ahora las ceremonias funerarias se están haciendo cada vez más compactas debido a que son muchos los casos en los que se sufre la muerte de los progenitores después de la propia jubilación. Esto se debe a una mayor esperanza de vida.
Por otra parte, están aumentando los casos en los que se prescinde de la ceremonia y se realiza únicamente una cremación; en las grandes ciudades esto ocurre entre un 20 % y un 30 % de las veces. En el caso de que se trate de una familia pequeña, no es necesario organizar un funeral en una sala especializada. Los funerales de un solo día, en los que se prescinde del velatorio, también están cobrando popularidad.
En 2010, la investigadora Kotani llevó a cabo un estudio para conocer qué tipo de funeral desea la gente. La respuesta más frecuente fue uno al que solo asistan los familiares y los amigos más cercanos, con un 33 %. En segundo lugar quedaron las ceremonias únicamente con la familia más allegada, con un 30 %. Un 7 % consideró que no es necesario celebrar este tipo de rito. En la mayoría de los casos la gente quiere que se realice algún tipo de funeral, pero destacan considerablemente aquellos que solo desean contar con la presencia de sus familiares o de la familia y los amigos.
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