El cementerio parroquial de O Carballiño no dispone de espacio y los vecinos acuden a otros pueblos
En O Carballiño (provincia de Orense) hace ya tiempo que el cementerio parroquial no tiene espacios a la venta, así que los vecinos tienen que recurrir a los cementerios de los pueblos cercanos. La ampliación del camposanto es una opción que lleva años sobre la mesa, pero de momento no hay un proyecto firme. Lo mismo ocurre en Barbadás, cuyos cementerios están saturados. Sin salir de la provincia de Orense, también Verín tiene un serio problema de falta de nichos, y también en este caso las aldeas vecinas suelen proporcionar una alternativa a quienes necesitan adquirir un espacio en el que recibir sepultura.
En la Costa da Morte hay una larga tradición de conflictos y retrasos en la construcción de cementerios, la gran mayoría de ellos de tipo parroquial e impulsados por los propios vecinos. Uno de los casos que todavía colea es el de Cerqueda, en Malpica, donde llevan más de ocho años a vueltas para construir el camposanto, con polémica vecinal, rivalidades empresariales e incluso un enfrentamiento con el Arzobispado. Algo parecido pasa en Traba, en el municipio de Coristanco, donde 250 particulares están aún a la espera de los nichos que les prometieron hace cinco años. Cuando parecía que todo se había tramitado ya, el actual párroco asegura que no hay nada hecho, más que un terreno comprado.
El que tiene un verdadero problema de falta de espacio es el Concello de Corcubión, donde el cementerio municipal lleva una década saturado y existen decenas de demandantes a los que no se les puede ofrecer el servicio. El Ayuntamiento compró en el 2011, con ayuda de la Diputación, un terreno por 36.000 euros, pero carece del dinero necesario para hacer un cementerio nuevo.
En Lalín, el cementerio municipal, situado en A Romea, está llegando al límite de ocupación, aunque por el momento sigue admitiendo difuntos. Su ampliación está pendiente desde hace años y esta misma semana el Concello anunciaba que se construirán 90 nuevos nichos y 30 sepulturas, un proyecto para el que no se precisarán terrenos adicionales.
En Irixoa el cementerio de San Lorenzo no tiene ya posibilidad material de crecimiento. Alrededor de la iglesia han ido aumentando con el paso de los años los módulos de nichos. Cerca de allí, en la parroquia de Mántaras, los vecinos siguen sin entender la configuración de la última ampliación del cementerio parroquial, donde la ubicación de una pared de nichos en medio de la parcela y en posición diagonal mató la posibilidad de seguir ampliando. Irixoa también cuenta con un cementerio donde, de momento, están prohibidos los enterramientos. Se trata de una serie de modernos bloques de nichos junto a la iglesia de Coruxou cuya construcción dejó sin agua dos pozos, lo que desembocó en una denuncia vecinal. Desde el Concello aseguran que la situación va a arreglarse gracias a un acuerdo entre las partes, pero de momento la Iglesia no permite enterrar allí.
Sepulturas vacías por falta de permisos o de servicios
Igual que ocurre en Irixoa, tampoco es posible sepultar en los 304 nichos construidos en la ampliación del cementerio de San Amaro en La Coruña, inaugurada el día de Difuntos del año 2007. El proyecto inicial preveía la construcción de más de 1.600 nichos con una inversión de dos millones de euros. Solo se construyeron 304, pero todavía no han sido ocupados porque la obra carece de varios permisos y, por lo tanto, no está legalizada.
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