Las joyas del Museo de Arte Antiguo de Roma
Una novedosa síntesis de arqueología industrial y clásica es este museo, que hace poco se enriqueció con nuevos objetos, entre ellos el ajuar funerario de una joven romana de dos mil años de antigüedad. El Museo de Arte Antiguo de Roma se ubica en la ex central termoeléctrica Montemartini. Las antiguas máquinas del lugar, en un sugestivo juego de contrastes, constituyen un marco innovador para los restos arqueológicos encontrados entre fines del siglo XIX y mitad del siglo XX en toda el área de lo que hoy es la ciudad.
Hay esculturas, mosaicos, artículos de orfebrería, incluso juguetes en un arco de tiempo que abarca unos 600 años, desde la época republicana (siglo IV a.C.) hasta el período tardoimperial (siglo III d.C). Todos los objetos constituyen un conjunto armónico que describe y reconstruye el desarrollo de Roma.
Recientemente el museo se ha ampliado para acoger, en una muestra permanente, el refinado ajuar funerario de una joven que vivió y murió en esta ciudad hace más de dos mil años. La tumba de Crepereia Tryphaena, ese era su nombre, fue descubierta a fines del siglo XVIII durante las obras para la construcción de los Tribunales de Justicia, a dos pasos del Vaticano. Hasta ahora la tumba y los objetos del ajuar funerario no habían encontrado una colocación fija y habían sido expuestos temporalmente.
En la tumba se encontraron joyas de oro y piedras preciosas, también refinados objetos de tocador como espejos de plata, peines de marfil y hueso, cintillos y cofrecitos. Pero sin duda lo más interesante es una muñequita de marfil, con piernas y brazos movibles, que es una verdadera obra maestra, probablemente de manufactura egipcia, realizada más o menos a mediados del siglo II d.C.
En la sala denominada «Colonne» (columnas) se expone por primera vez un mosaico descubierto en la Plaza de San Juan de Letrán en 1958, realizado entre los años 100 y 80 a.C.: representa un laberinto circundado por murallas. Junto a este mosaico monumental se pueden admirar otros dos mosaicos más pequeños, pero igualmente sugestivos: uno con un león rodeado por querubines y otro con una escena en las riberas del río Nilo, ambos del siglo I a.C.
En la sala donde funcionaban las calderas en la ex central termoeléctrica (Sala Caldaie) existe un gran mosaico de pavimento de la edad tardoimperial que representa el rapto de Proserpina por Plutón, dios de la ultratumba. Otra de las atracciones es una preciosa cabeza de Agripina la menor, esposa del emperador Claudio y madre de Nerón, realizada en basanita, la roca volcánica obscura, de origen egipcio. Hasta enero de 2017 está en préstamo en la Gliptoteca Ny Carlsberg, de Copenhague.
Las joyas del Museo de Arte Antiguo de Roma https://t.co/sMkngiMwy0 https://t.co/TVrt5UpC15