“Queremos que nuestro tanatorio sea un poco centro cultural para Jove”
Alfonso García, gerente de Funerarias Noega. Lleva diez años trabajando en Gijón y en 2015 Funerarias Noega abrió en Jove un nuevo concepto de tanatorio, el Jardín de Noega, en la antigua casa de los Bango, vestigio de lo que hace tiempo fue el barrio distinguido del municipio. La empresa está estos días en la Feria para darse a conocer al gran público y, al tiempo, trabajar en favor del medio ambiente, pues regala 50 árboles diarios; robles y castaños.
Sorprende ver una funeraria en la Feria. ¿No es más propio de certámenes especializados? Sí, pero esta feria está más orientada al público en general y les queremos decir que somos una empresa nueva y que nos pueden escoger.
¿Cómo les está acogiendo el público? Muy bien. La gente nos ha dado una gran acogida. La competencia es buena para el cliente y así lo entiende.
Sus instalaciones están en la zona de Jove. ¿Se dirigen al público de La Calzada? Somos una funeraria para Gijón y nuestra idea es abrir más centros.
¿Qué es lo que les diferencia con la otra empresa de la ciudad? El trato personal y humano, sobre todo, aparte de unas instalaciones extraordinarias. Es la casona de Bango y la finca, que están absolutamente protegidas. Hay árboles centenarios y es algo maravilloso. Costó muchos años desarrollar nuestro proyecto.
Habrá sido difícil adecuar un edificio protegido a las necesidades de una funeraria actual…Tanto las salas como las instalaciones se adecuaron a la estructura de un edificio que tiene algunas particularidades, como una escalera centenaria que se tuvo que respetar y otras cosas que hacen que sea de las mejores instalaciones de España. Viene gente del sector de todas las provincias a verlo. Es uno de los pocos casos en que el tanatorio es visitado, está abierto al público. No queremos que sea un tanatorio cerrado, ni mucho menos, queremos que sea un lugar de exposiciones y actualmente contamos con una. Pretendemos que sea un poco centro cultural para la zona de Jove.
¿Les cuesta combatir la costumbre de los ciudadanos, que hasta ahora solo tenían una funeraria en Gijón? Una empresa que lleva 30 años como única empresa funeraria de la ciudad, evidentemente tiene la gran ventaja de la costumbre. Ahora bien, también hay un inconveniente, que es que ‘quema’. Creo que con más de 3.800 difuntos al año en Gijón hay mercado para los dos. La competencia les viene bien a ellos y a nosotros, pues nos ayudará a mejorar a ambos en beneficio del cliente.
Se dice que el negocio de las funerarias nunca quiebra pero, ¿les afectó la crisis económica? Como a cualquier otro sector. Somos parte del mercado. Cuando va bien, la gente compra más flores, se gasta más… Cuando están ‘achuchados’, lo importante es la comida y la casa, en definitiva, la vida. La muerte pasa a un segundo plano.
Pero hay gente que le da mucha importancia a la muerte… Evidentemente, hay muchas personas que quieren hacer un homenaje a sus familiares. En ese caso, tenemos desde servicios muy económicos a servicios realmente altos de precio. Trabajamos en las dos escalas. Adaptamos el servicio.
¿Se opta más por el enterramiento o por la incineración? Hay entre un 70% y un 80% a favor de la incineración.
¿Por comodidad? Creo que sí. Los tiempos cambian y las personas también. Las sensaciones de un cementerio no son muy agradables. El recuerdo de las personas cada día está más en el pensamiento. Se dice que una persona permanece viva mientras permanece en nuestra memoria.
¿Qué suelen hacer las familias con las cenizas? Sobre todo, son para tirar al mar o guardarlas en el domicilio.
Resulta más agradable… Sí, aunque tenemos cementerios muy bonitos en Asturias.
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