Cementerio Highgate de Londres, una visita obligada
¿Tenéis previsto viajar a Londres?: hay que visitar el Cementerio de Highgate. Vale que no es un lugar precisamente alegre pero este cementerio tiene su encanto y atrae a muchos curiosos y turistas, por varios motivos que más tarde indicaremos.
Para empezar, os situamos Highgate. Se trata de un distrito al norte de Londres que ha sido desde mucho tiempo atrás una de las zonas más lujosas para vivir. La gente pudiente elige Highgate para vivir fuera de la gran ciudad en una zona rodeada de bosques (tranquilidad en lugar de estrés) y que conserva un aura de otra época, pues los edificios conservan buena parte de su arquitectura georgiana original.
En este lugar se construyó a principios del siglo XIX un cementerio de estilo victoriano. Este camposanto surgió a raíz de una iniciativa para construir cementerios privados como alternativa a los cementerios eclesiásticos, más por temas de necesidad de espacio que por asuntos de creencia. Y de entre los nuevos cementerios privados, Highgate fue el que se puso de moda.
Por eso, en Highgate no sólo se enterraban a personas de alto nivel económico, que se construían mausoleos monumentales a la altura de su nombre y categoría, sino también personajes famosos. Así y por mencionar algunos, en Highgate podemos encontrar la tumba del científico Michael Faraday, la de los escritores Douglas Adams o George Elliot, o la más famosa de ellas, la de Karl Marx.
Estas tumbas de personajes importantes o famosos son el principal atractivo de este cementerio, aunque no el único. Aparte de las historias de fantasmas y vampiros, que ayudan también a la promoción turística, ya hemos dicho que hay grandes y esculturales mausoleos, aparte de que el lugar tienen un gran encanto, con la naturaleza salvaje creciendo casi sin control entre las tumbas y los caminos que recorren este lugar.
Una sociedad se encarga del mantenimiento y gestión del Cementerio de Highgate. Para visitarlo hay que distinguir dos zonas, la Este, donde está la tumba de Marx, cuya entrada tiene un coste de 4 libras, y la Oeste, cuyo coste de la entrada es más caro (11 libras) pero porque sólo se puede visitar a través de una visita guiada.