Hallan una tumba de la Dinastía XVIII, con parte de su ajuar funerario, en la necrópolis Abu El Naga
Lo que fue dejado a un lado como una pequeña fosa aneja a otros complejos funerarios en la necrópolis de Dra Abu El Naga ha resultado un pequeño tesoro para la egiptología egipcia, con el descubrimiento de una nueva tumba y su colección funeraria, que va desde máscaras de madera con lascas de oro a media decena de sarcófagos y cientos de estatuillas. El descubrimiento ha sido anunciado hoy por el ministro de Antigüedades, Jaled el Anany, en Luxor, (Egipto), donde el Ministerio conmemora hoy el Día Internacional del Patrimonio. «Los trabajos de excavación están en pleno desarrollo para revelar los secretos de la tumba», ha añadido.
Tras levantar más de 450 metros cúbicos de escombros, el equipo de arqueólogos egipcios encontró la entrada a la tumba principal, flanqueada por otros dos sepulcros adyacentes que todavía no han sido excavados, según ha explicado el director de la misión egipcia que ha escavado la tumba, Mustafa Waziri.
El complejo principal pertenecería a un oficial de la Dinastía XVIII (del 1550 y 1295 a. C. aprox.), en el Reino Nuevo, llamado Userhat. El sepulcro del funcionario, un consejero y juez en la ciudad de Tebas, cuenta con la típica forma de T común entre los enterramientos de nobles: una amplia habitación inicial seguida de un corredor rectangular y, al final del estrecho pasillo, una cámara interna.
Dentro, la maravilla: en el pasillo rectangular, la misión encontró un sarcófago de madera en buen estado de conservación, y en un pozo de más de 9 metros de profundidad que desembocaba en dos pequeñas cámaras, que habían quedado ocultas tras pesadas capas de piedras, cerca de mil pequeñas estatuillas «ushabtis», figurines que harían de sirvientes del difunto en el más allá. Junto a los ushabtis se han hallado jarras, recipientes y maquetas de cerámica, así como varias máscaras de madera con pintura dorada.
Sarcófagos de la Dinastía XXI
En la cámara interna del final del pasillo se ha encontrado lo que, según los investigadores, habría sido utilizado como una suerte de almacén-escondrijo de ataúdes en épocas posteriores. En «almacén» se han hallado media decena de ataúdes, decorados con hermosas tallas coloreadas en buen estado de conservación y datados hacia la Dinastía XXI, así como toda una «familia» de momias envueltas en lino, también bien conservadas.
Entre los sarcófagos, una segunda colección ushabtis de diversos materiales como loza, terracota y madera.La tumba, conocida provisionalmente como -157- (no TT157, que se referiría a otro sepulcro), ha sido localizada en la necrópolis de Dra Abu El Naga, junto a la antigua capital Tebas (ahora Luxor), cerca del Valle de los Reyes y Deir el Bahari. A diferencia de estas superpobladas necrópolis, que acogen en las entrañas de sus montañas a algunas de las tumbas y templos más conocidos, la necrópolis de Dra Abu El Naga todavía tiene nuevos descubrimientos que ofrecer, según el Ministerio.
En la zona excava precisamente el equipo del español José Manuel Galán con el proyecto Djehuty, con concesiones en un varias tumbas de la necrópolis, entre las que destacan las capillas-tumbas de Djehuty y de Hery, altos funcionarios al servicio de la administración real en torno al año 1500 a. C.