Una familia quiere denunciar al Ayuntamiento de Moya por expolio de las tumbas del cementerio
Una familia de la antigua localidad conquense de la Villa de Moya (provincia de Cuenca) ha anunciado este martes su intención de denunciar ante la Guardia Civil el expolio de tres o cuatro tumbas, entre ellas la de un familiar, que habría realizado el Ayuntamiento de Santo Domingo de Moya en el cementerio de la antigua iglesia de San Miguel para la construcción de nichos nuevos.
Y ello, «sin avisar no ya a los familiares, sino ni siquiera a Patrimonio, algo a lo que estaban obligados», ha asegurado Régulo Algarra, uno de los afectados, para quien hubiera bastado con una «simple llamada a un arqueólogo».
Tras advertir de que, de no obtener respuesta por parte del responsable del Servicio de Patrimonio de la Junta en Cuenca, Carlos Villar, y de los representantes de la Diputación, en declaraciones a Europa Press este miembro de la plataforma SOS Patrimonio Conquense ha anunciado que, además de reclamar los restos, sus familiares se van a «emplear muy contundentemente» para reivindicar sus derechos frente a la actuación de un Consistorio que, a su entender, ha infringido «hasta seis artículos de la Ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha».
Algarra ha recordado que en dicho camposanto reciben sepultura las personas mayores que vivieron en Moya así como aquellas que, «por afinidad sentimental, se entierran también» en un espacio que pertenece a la antigua iglesia de San Miguel, de los siglos XVI y XVII, y en el que el Ayuntamiento ha hecho «lo que ha querido».
«Metieron una retro, sacaron huesos e hicieron un vertedero fuera del cementerio donde amontonaron todo, incluidas cinco o seis calaveras» pertenecientes a «entre tres y cuatro tumbas familiares, en las que, seguramente, había varios cuerpos», ha detallado, admitiendo que una de dichas sepulturas pertenecía a su abuelo Carlos, por lo que ha lamentado que se haya «arramblado con ella» para arrojar sus restos «dicen que a una fosa común que no se sabe dónde está, porque no nos dejan entrar».
A raíz de sus críticas públicas, Algarra afirma que varios operarios municipales retiraron la mayor parte de los mencionados restos de la escombrera en la que estaban «mezclados con tierra y residuos de construcción, pero no han podido eliminarlo todo». «Solamente con la mano se pueden encontrar restos de tibias y de cráneos y de todo», ha añadido.
«Con una mezcla tan horrible de huesos, a ver quién averigua ahora a quién pertenecen», se ha preguntado, para agregar que aún pueden verse fragmentos de tibias o cúbitos «con un palmo de longitud máxima».
Estos hechos se habrían producido hace casi dos semanas, aunque el vecindario ha tenido constancia de ellos tiempo después, dado que el Ayuntamiento «prohíbe la entrada a un espacio público porque no quiere que se vean estas cosas», ha aseverado el denunciante.
Por ello, en la reunión de este miércoles instará a Junta y Diputación a que tomen cartas en un asunto «auténticamente mal hecho» y exijan «una gestión patrimonial adecuada».
No obstante, «conociendo a la gente», Algarra duda de que el resto de afectados «se vaya a atrever a denunciar, aunque estén rabiando» debido a la instauración de un «auténtico sistema de terror» en este municipio de apenas 40 habitantes por parte de un equipo de Gobierno municipal que, a su juicio, ha actuado de forma «inenarrable, metiendo la pata hasta el codo simplemente por prepotencia».
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