Cerca de 300 nichos se encuentran en estado de ruina en el Cementerio Viejo de Elche
Unos 300 nichos del Cementerio Viejo de Elche se encuentran estado de ruina y sin posibilidad de rehabilitación ya que el mal estado de las construcciones ha hecho saltar las alarmas ante el peligro de derrumbe. El deterioro de las infraestructuras para dar sepultura, que datan del siglo XX, ha obligado ya a buscar a los familiares de los difuntos que allí se encuentran para trasladar los restos mortales a otras ubicaciones.
El cementerio alberga toda una hilera de nichos, convertida casi en una montaña de piedras que difícilmente se mantienen en pie. De hecho, un vallado rodea parte de las edificaciones funerarias más deterioradas, donde hay riesgo de que pueda caer algún cascote o incluso de que se puedan venir abajo, por lo que ni siquiera se hacen ya enterramientos en este enclave.
El Ayuntamiento ya ha conseguido cambiar de ubicación unos 200 nichos de la infraestructura más afectada y ahora se encuentra en pleno proceso poder ejecutar los desenterramientos de un centenar que falta. Estas últimas sepulturas, realizadas desde los años cincuenta hasta los setenta del siglo pasado, todavía se mantienen en su sitio a la espera de que se puedan completar los traslados de los restos mortales. Ni mucho menos se trata de la zona más antigua del cementerio Virgen de la Asunción, construido en el año 1811 coincidiendo con la epidemia de la fiebre amarilla que asoló la ciudad.
El procedimiento para poder despejar la zona en ruinas no deja de ser un atolladero para el Ayuntamiento de Elche ante la complejidad que supone en muchas ocasiones contactar con los herederos de los nichos para buscar una salida. Una de las circunstancias más comunes de las familias que tienen antepasados enterrados en estos puntos es que todavía tienen la concesión en vigor.
A los propietarios de nichos se les ofrecen diferentes alternativas para trasladar gratuitamente los restos mortales de sus familiares. O bien, desde a un osario o a columbario municipal por el tiempo que dure la concesión, o, por otro lado, a cualquier otras lápidas del cementerio viejo o nuevo que los herederos tengan en su poder.
Para aquellos en los que no se cumplen ninguna de estas condiciones, porque han visto caducar las concesiones, el Ayuntamiento procede a destinarlos a ubicaciones de propiedad municipal. Concretamente, el tiempo máximo de adjudicación de las unidades de sepultura de la que disponen los familiares es de 99 años, con la posibilidad de prorrogarlo a 15 años más.