Recreación del “Funus”, ritual funerario romano en el Museo de Mérida
El Museo Nacional de Arte Romano de Mérida acogió el pasado jueves un ‘Funus romano’, es decir, la representación del ritual de un funeral en Roma. La cripta del museo acogió la asistencia de numerosas personas que no quisieron perderse la fiel e histórica representación a cargo de una de las asociaciones recreacionistas que participan en esta edición de Emerita Lvdica, que en esta ocasión era Ara Concordiae.
Los funerales romanos, se llenaban con los gritos y alaridos de las plañideras. Cuanto más llantos y más intensos más importancia tenía el difunto. En la antigua Roma, los funerales también demostraban la clase social a la que pertenecía el finado y daban interesantes pistas y muestras de cómo había vivido.
Pilar Caldera, conservadora del Museo, guiaba con sus palabras a los espectadores y narraba las partes de las que consta el ritual para que los allí presentes no se perdieran ningún detalle del mismo. Durante la representación se hace una revisión de la muerte en la civilización romana. Y se recrea desde la agonía hasta el enterramiento definitivo de un ciudadano romano, adaptado a la realidad arqueológica de la cripta.
La representación pone en escena un funeral que se desarrolla en una parte de la casa, donde tiene lugar la agonía de la persona y, tras su muerte, la exposición del cadáver. Después se traslada a la cripta. Allí se procede a la cremación del cuerpo y se da el último adiós a la persona a la que se honra con perfumes y ungüentos.
Los funerales en el mundo romano tenían mucha importancia, ya que sus ciudadanos tenían más miedo a la segunda muerte que a la primera. Por eso se aseguraban un funeral con todos los ritos para que su alma pudiera cruzar al otro lado de la vida. Ellos decían así: «caminante, si pasas al lado de mi tumba, di mi nombre en voz alta y deséame que la tierra sea ligera»