Desechos y residuos se acumulan en el cementerio municipal de Caldas de Morrazo
El estado en el que se encuentra el cementerio de Cangas de Morrazo (provincia de Pontevedra) empieza a ser preocupante. Y es que encontrarse desechos y residuos apartados en una esquina a la espera de que los recojan es el pan de cada día al que se enfrentan quienes visita el camposanto.
En una de las entradas se pueden ver plásticos y bolsas sin recoger, ya en el interior, topamos con el mal estado de algunos de los caminos de tierra: la hierba sin cortar ha reducido el ancho de los senderos al mínimo. Dificulta el paso entre los matojos, lo que hace que haya que ir esquivando las hierbas, la acumulación de restos de lápidas y puertas de cristal desperdigadas por varias zonas del cementerio se encuentran a la vista de todos.
Paseando entre las tumbas también se pueden encontrar rótulos de lápidas rotas con los nombres de las familias propietarias. Varias cruces de hierro sin uso alguno se acumulan en otros puntos del cementerio municipal.
El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, asegura que no le ha llegado ninguna noticia al respecto y se muestra extrañado. «No sabía nada», asegura. El regidor explica que un enterrador es el responsable del mantenimiento del cementerio, y que a lo mejor va acumulando los escombros varios días para poder sacarlos todos de una vez. «Hablaré con él», dice Pazos, que reconoce que le es imposible controlar personalmente los 38 kilómetros de extensión que tiene el término municipal de Cangas.
La indignación de los visitantes se hace patente ante la falta de mantenimiento del camposanto. No es la primera vez que aparecen críticas respecto al estado de los cementerios cangueses.