El cementerio que nadie quiere
Portonovo es un caso excepcional. El cementerio de la localidad turística es el único camposanto de toda España que gestiona una cofradía de pescadores, una competencia muy inusual para una entidad cuyo cometido es prioritariamente velar por los intereses de los hombres del mar, vivos, y no tanto de ellos y sus familias una vez muertos. Sin embargo, cuando se creó el camposanto, mediados del siglo pasado, no había otra entidad en Portonovo capaz de asumir su gestión y desde entonces ha sido así.
El pósito se ocupa de pagar el agua, la luz, la limpieza y las pequeñas obras que de vez en cuanto van surgiendo. El patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez Castro, es consciente de lo extraño de una cofradía de pescadores haciéndose cargo de un cementerio.
En los últimos años se han sucedido los intentos de que los propietarios -unas 600 familias y vecinos de Portonovo- nombrasen una comisión que asumiese la gestión directa del camposanto. Cita tras cita, los meses se han convertido en años y la gestión sigue siendo a costa de la cofradía. Gómez Castro precisó que para el futuro «el planteamiento es que queremos que la gestión, sea por un colectivo, una asociación o lo que se decida, coja el toro por los cuernos y asuma la gestión».
El patrón mayor indicó que a veces se escuchan quejas de algunos vecinos, «que nos piden hacer cosas», pero insistió en que después, llegada la hora de la verdad, no hay ningún cambio y la cofradía sigue con toda la responsabilidad. A lo largo del próximo otoño, el patrón mayor está sopesando ver la fórmula más adecuada para que el pósito se desvincule de esta gestión y la acepten los propietarios. Tanteará a varias personas para conocer sus intenciones reales de crear este colectivo y entonces y solo si hay un compromiso firme, convocará la asamblea de propietarios.