Adquirir un nicho en Galicia puede oscilar entre los 500 y los 2.200 euros
Aunque en los últimos decenios la sociedad la ha excluido de su día a día, la muerte siempre ha estado normalizada en Galicia. Los duelos, lutos, velatorios y entierros han sido históricamente procesos colectivos y cotidianos, y con ellos también las tumbas, panteones y nichos familiares.
Al igual que en los pueblos se podía recitar de quién era cada casa, también a quién pertenecía cada túmulo. ¿Y cuánto cuesta un nicho en un cementerio de la comunidad gallega? La disparidad de precios es muy alta en función de tres variables: el tipo de enterramiento, el lugar, y los años de propiedad, ya que la mayoría son concesiones que pueden ir desde los 5 hasta los 99 años.
Excluyendo las cesiones por cinco o seis años, más baratas pero apenas representativas, un nicho en un cementerio municipal puede oscilar entre los 500 y los 2.200 euros. Siempre refiriéndose a un solo nicho, porque las criptas, panteones o sepulturas son mucho más caras. En el caso de Ferrol, por ejemplo, en Catabois hay nichos de primera, segunda y tercera fila, que oscilan entre los 492 y los 610 euros por un tiempo de 75 años. El precio contrasta con los de los cementerios municipales de Vigo, ocho, en donde por un período de 50 años el precio es de 2.200. Eso sí, si se prefiere tener el usufructo solo durante seis años, el precio baja a menos de 400 euros. La variedad también es amplísima en Lugo, en donde proporcionalmente están las tumbas más caras. Y es que en la zona nueva del cementerio la concesión por 25 años llega a los 1.716 euros, mientras que en la zona vieja baja a 1.055 sin el cenicero para incineración.
A Coruña está en una situación intermedia. El precio de los nichos varía en cada convocatoria y si no se especifica asciende a 585. Las cesiones gratuitas van de 162 a 503 euros, mientras que las onerosas superan los dos mil por un plazo de 35 años. Tampoco Santiago es caro, si se tiene en cuenta que además el plazo de cesión es de 99 años, el más extenso. De primera clase, 817 euros, y de segunda, 775. En Ourense un nicho cuesta 286 euros, pero solo por cinco años.
De los tres cementerios municipales que hay -San Francisco, A Ponte y Santa Mariña-, solo hay disponibles en Santa Mariña. Y en O Barco, por ejemplo, acaban de vender el último que quedaba, por lo que ahora se abre una nueva lista de espera. En San Mauro, en el cementerio municipal de Pontevedra, si se opta por una concesión por 75 años el precio va de 430 a 1.552 euros. El de la capital municipal de Carballo tampoco tiene sitio ya, y solo si una familia precisa uno se reserva por 674 euros. Finalmente en Vilagarcía, la concesión para enterrarse en un nicho municipal llega a los 681 euros.
Eso sí, el abanico de opciones es enorme. Por ejemplo, una sepultura castellana en Lugo, 4.318 euros, y una cripta 4.577, aunque ya no hay existencias. Atracciones turísticas y recintos abiertos a otras religionesSi los cementerios municipales ya constituyen todo un mundo en cuanto a precios, tiempo de concesión y variedad, los parroquiales también. La mayoría, eso sí, a diferencia de los de los concellos, no son cesiones durante un período de años, sino que son en propiedad. El Arzobispado de Santiago aclara que las tumbas y los panteones son de quien los construye, es decir, de las familias, por lo que lo que se concede es el usufructo del suelo, no la propiedad.
Pero en cuanto a los precios, hay muchas diferencias en función del espacio que tenga cada parroquia. Eso sí, aseguran desde el Arzobispado que los feligreses no ven bien que personas ajenas a la parroquia adquieran nichos o tumbas, solo si se trata de familiares aunque vivan en otros lugares. Demanda La demanda de nichos es constante en algunas parroquias, lo que lleva a años de trabajo e incluso a enfrentamientos vecinales para conseguir que los proyectos salgan adelante, como ocurrió en su momento en Baíñas, en Vimianzo.
Otro caso curioso es el de Dumbría, ya que su cementerio de colores se ha convertido en una atracción turística, aunque en este caso se trata de un camposanto municipal. Religiones En Carballiño el cementerio actual es parroquial, de San Cibrán, pero no ponen trabas a personas de otras religiones, de hecho o en este ayuntamiento hay una importante comunidad evangelista. El de Ribadavia, municipal, lógicamente acoge todos los credos, pero hay un terreno pequeño pegado a este camposanto con tumbas en el que según los vecinos se enterraba a los protestantes.
Lo cierto es que se desconoce si realmente profesaban esa religión, tenían otra, o simplemente es que no eran católicos. Buscando más espacio. La búsqueda de espacios es habitual. Y algunos concellos acusan más esta falta de nichos que ofertar a sus vecinos. En Verín, por ejemplo, hay un cementerio parroquial abarrotado desde hace dos decenios, y no se venden sepulturas desde los 90. Ello ha dado lugar a un mercadeo entre propietarios que alcanza cifras considerables. El Concello asegura que solventará el problema en los próximos años, y algo parecido ocurre en Ribadavia, en donde ya se están buscando posibles ubicaciones para un nuevo cementerio.