Exposición sobre el científico Antonio Lecha-Marzo, antropólogo y criminalista pionero en medicina forense
El Palau de Cerveró de la Universidad de Valencia acoge desde hoy 10 de enero, una exposición sobre el investigador y científico Antonio Lecha-Marzo, considerado uno de los creadores de la policía científica de principios del siglo XX, o de la medicina forense.
Manuales, investigaciones, fotografías, reflexiones y consejos médicos y forenses, así como gran cantidad de material fotográfico, permitirán conocer a través de esta muestra los orígenes de la policía científica, según un comunicado de la institución universitaria.
El archivo personal de Lecha-Marzo ha sido recientemente donado por la familia del médico forense a la biblioteca Vicent Peset Llorca del Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero, donde se ha catalogado y está disponible para futuras investigaciones.
Una selección de esta documentación conforma la exposición, que ha coordinado Mabel Fuentes y que se inaugurará mañana con la participación de la nieta del médico forense, Carmen de Meer Lecha-Marzo, autora de uno de los mejores trabajos biográficos sobre este personaje.
La exposición está vertebrada en cuatro bloques, el primero de ellos centrado en la dedicación de Lecha-Marzo a la medicina legal y forense, como dos ediciones de su Tratado de autopsias y embalsamamientos, fotografías y herramientas quirúrgicas usadas en la práctica de autopsias.
También se incluye una muestra de papel de tornasol, para recordar la prueba que Lecha-Marzo propuso para constatar la muerte, consistente en aplicar una hoja de ese papel sobre el globo ocular para comprobar la presencia de un medio ácido (es decir, ausencia de coloración azul) como signo de la muerte.
El segundo bloque muestra que Lecha-Marzo fue un gran escritor y autor de una copiosa correspondencia, pues hizo una campaña de divulgación de la producción científica española, y colaboró de manera muy habitual en numerosas publicaciones médicas españolas y extranjeras.
Asimismo, hay ejemplos de su correspondencia con otros médicos y criminólogos de la época, como Joan Peset Aleixandre, Federico Olóriz, Juan Vucetich o José Chabás, o postales de agradecimiento y felicitación de Cesare Lombroso y Santiago Ramón y Cajal dirigidas a Antonio Lecha-Marzo.
La tercera vitrina muestra diversas investigaciones en los campos de la criminología y la criminalística, como una edición corta en formato divulgativo sobre el tema que constituyó la tesis doctoral de Lecha Marzo: los dibujos papilares de la palma de la mano como medio de identificación.
La última vitrina exhibe una lámina del inspector de policía francés Alphonse Bertillon, con una gran variedad de formas de rasgos anatómicos para elaborar el «retrato hablado» de delincuentes, que pudiera ser empleado por la policía para identificar a los sospechosos previamente fichados.
También se pueden ver en este bloque dos documentos sobre un famoso caso de identificación de un cadáver encontrado en una calle de Sevilla cuyo informe pericial fue encargado a Antonio Lecha-Marzo.