Antonio Domínguez: «El servicio que no se puede elegir libremente no merece la pena»
Cuando se cumple un año de su apertura, Antonio Domínguez, director gerente del nuevo Tanatorio de Cáceres, de Serfátima, hace balance del trabajo realizado, que ha supuesto un cambio en los servicios funerarios de la ciudad.
-¿Qué balance realiza de este primer año del nuevo Tanatorio de Cáceres de Serfátima?
-Muy positivo, la aceptación de la ciudad ha sido muy apreciable. Creemos haber colaborado notablemente para elevar la calidad de los servicios funerarios en Cáceres. Era un reto pendiente, porque las prestaciones habían quedado obsoletas en fondo y forma.
Nuestra filosofía de trabajo se centra en la atención a las personas, en cuidar el trato familiar, en facilitar la solución de circunstancias imprevistas que surgen tras una defunción. Con tal fin hemos diseñado el nuevo Tanatorio de Cáceres, uno de los más innovadores de España, por los diversos espacios creados en el mismo.
-¿Cuántas salas tienen disponibles?
-Tenemos abiertas cinco salas completas con todos sus elementos complementarios: zona climatizada, zona ambiental con jardín, expositor, sala ante-túmulo, servicio privado completo, office, etcétera.
-¿Y en qué se sustenta la calidad de los servicios que ofrece el nuevo Tanatorio de Cáceres?
-Nos regimos por exigentes protocolos de actuación. Pretendemos que los servicios funerarios sean impecables y tratamos de evitar deficiencias. Así se procura que la familia esté dignamente atendida desde que llega al tanatorio, sea la hora que sea (parking con plaza privada), acomodo en sala, pack de bienvenida en office, atención personal para conocer necesidades…
Las instalaciones ofrecen diferentes ambientes para evitar acumulaciones y favorecer cierta intimidad, incluidos los jardines, así como la cafetería que pretende el efecto contrario: atender la amistad de modo más distendido. O una sala privada para atención personal, psicológica o médica. Por otra parte, la amplia capilla ( que se transforma en salón multiconfesional) permite la celebración de ceremonias.
-Se ha dicho que el nuevo tanatorio es solo para servicios privados, porque llama la atención su diseño y confortabilidad…
-Al contrario. El nuevo Tanatorio de Cáceres está abierto absolutamente a todas las personas que requieran sus servicios. Sean particulares o estén cubiertas por un seguro de decesos con cualquier compañía, sea cual fuere. ¿Cómo no van a ofertar las compañías de seguros las mejores instalaciones y servicios funerarios? La mayoría están encantadas de que sus usuarios puedan utilizarlos.
-¿Seguro que los asegurados de las compañías pueden elegir libremente tanatorio? Han sido publicadas en prensa quejas y denuncias por resistencias a que la familia hubiera decidido ir al nuevo tanatorio…
-Cuando se abrió es cierto que hubo casos impresentables por intereses espurios, y deseamos que no se vuelvan a repetirse porque la libre elección de tanatorio y servicios funerarios es un derecho irrenunciable que nadie puede conculcar. El usuario siempre elige. Y lo hace libremente. Para eso tiene un seguro. Le ampara la Ley del Seguro 50/80 cuyo Título III, Sección 5ª, artículo 106 establece que las compañías de seguros deben garantizar dicha libertad de elección debiendo hacerla efectiva mostrando un listado de proveedores de servicios en la ciudad. La Ley de Defensa de la Competencia 15/2007 también vela para que impere siempre la libertad de elección.
-¿Qué valoración han recibido de los usuarios respecto a la utilización del nuevo Tanatorio de Cáceres?
-Estamos muy satisfechos de la respuesta. En general, destacan la profesionalidad, el trato humano recibido y la grata sorpresa de encontrar unas instalaciones que, aparte de acogedoras, llaman la atención por su luz y el cuidado de los detalles.
Muchos dicen que «no parece un tanatorio». Queremos agradecer también las sugerencias recibidas para corregir los errores que, como humanos, cometemos.
-¿Tiene algún otro proyecto para el futuro del nuevo Tanatorio de Cáceres?
-Pues sí: servir. Ganarnos el respeto y la consideración de la gente que nos honra con su elección. Y, si es posible, su amistad. Haremos lo indecible por servirles en un trance tan duro. Queremos ayudar, ser útiles. Nuestra mayor satisfacción tras un servicio es un apretón de manos o, simplemente, un «gracias».