«Los profesionales de las pequeñas funerarias somos un poco funerario-orquesta»
Maximiliano Bravo Sánchez, Gerente de Funeraria Bravo-Sánchez y Secretario de AFEX (Asociación de Funerarias de Extremeñas).
Las funerarias pequeñas son más flexibles y se adaptan más rápido a las necesidades de las familias. Creo que todavía queda mucho camino que recorrer y que la clave para aguantar está en la profesionalización, la formación y el servicio. Hay espacio de convivencia para todas las caras del sector funerario, grandes, medianos y pequeños, pero requiere cambios.
SORTEM. – Ser emprendedor es una actitud que se le exige al empresario de hoy en día. ¿Se puede emprender desde una funeraria pequeña?
MAXI. – Emprender es una palabra demasiado agigantada. Ser emprendedor no implica entrar en una dinámica de cambio constante y en clara oposición del negocio clásico. El funerario emprendedor es aquel que es capaz de combinar lo bueno del pasado con las nuevas necesidades de nuestra sociedad actual. Nuestras principales diferencias con los grandes grupos funerarios son la independencia, la alta capacidad de adaptación y un claro conocimiento personal de la mayoría de nuestros clientes.
S.– ¿De dónde nace la inquietud por trabajar dentro de una empresa funeraria?
M.B. – De forma profesional, entré en el sector funerario hace más de 18 años. Aunque el vínculo ya estaba creado porque mi abuelo fundó una pequeña carpintería donde se fabricaban ataúdes y también se realizaban servicios funerarios. En cierto modo, representaba el perfil más romántico de los primeros emprendedores de nuestro sector que luego continuó mi padre. Mi primera pasión fue el mundo del caballo, pero tras años de dedicación y exigencia, retomé el negocio familiar como tercera generación. Una experiencia que me ayudó a ser firme, pero sobre todo muy adaptable al entorno donde trabajo.
S.– ¿Hay muchas diferencias entre el servicio de una funeraria de una gran urbe al servicio de una población radicalmente más pequeña?
M.B. – Los profesionales que estamos en funerarias pequeñas en miles de pueblos de toda Extremadura somos un poco funerario-orquesta. Tenemos la capacidad de aglutinar en una sola persona la atención a las familias, el asesoramiento, la organización de la despedida e incluso la parte administrativa con certificados de defunción, últimas voluntades… En cada zona, las costumbres y el folclore cambian, pero sí que es cierto que cuando las familias nos llegan a Torrecillas de la Tiesa de Barcelona o de Madrid se nota que hay mucha prisa, quieren acabar rápido.
S. – ¿Cuál es el futuro de las pequeñas funerarias? ¿Qué papel tienen que desempeñar para sobrevivir?
M.B. – Cada caso es diferente. La liberalización del sector recompuso en gran medida el mapa. Los grandes grupos adquirieron pequeñas funerarias que aceptaron la oferta por cuestiones empresariales diversas desde económicas a falta de continuidad. Desde entonces, se lleva hablando de la desaparición de los pequeños, pero la realidad es que seguimos representando un número muy grande de establecimientos funerarios. Hay espacio para todos si establecemos marcos de convivencia. Somos más flexibles y nos movemos más rápido que las empresas grandes. Tenemos que seguir apostando por ofrecer servicio a las familias.
S.– Compagina su tarea diaria con la secretaría de la AFEX, Asociación de Funerarias Extremeñas. ¿Hacia dónde se encamina la Asociación?
M.B. – La asociación agrupa a un gran tejido de casi 40 funerarias de Cáceres y de Badajoz con más de 100 tanatorios repartidos por toda Extremadura. La voluntad de la asociación es recoger toda la experiencia que acumulamos y canalizarla a través de una voz que sea la interlocutora con la administración o cualquier otro organismo. También estamos reforzando los planes de formación en Tanatopraxia, Tanatoestética y otras nuevas competencias, el asesoramiento profesional a los asociados y acuerdos específicos con proveedores. Desde AFEX queremos evitar la atomización y crear nuevos lazos desde la concentración de intereses comunes.
S.– Las características de servicio que busca tener en su funeraria son claras, pero, a nivel personal, ¿qué actitud prevalece para mantener la motivación?
M.B. – El buen humor. Mantener un buen tono vital y un estado de ánimo positivo me ayuda a poder gestionar la carga emocional y la carga laboral. No se trata de demostrar alegría externa, evidentemente, pero el sentido del humor es una constante que te activa y te protege en condiciones de tensión. Todos vivimos situaciones que son difíciles de normalizar y el buen humor es un mecanismo que me ayuda a continuar.